martes, 6 de septiembre de 2011

Entrevista a Diego Beares

"Crecer tiene que ver con entender"



Por Charly Zarate

Tras el éxito de Marejada, su ópera prima como director y dramaturgo, estrena La Soledad, inspirada en el caso de María Soledad Morales. Repasamos con él los procesos de creación de ambos proyectos que lo instalan en un lugar reconocible dentro de la nueva escena independiente.

E: ¿Cómo fue tu formación?

DB: Empecé estudiando Ciencias de la Comunicación, un poco siguiendo el mandato familiar, pero al año me di cuenta de que no era lo mío, entonces me inscribí en la escuela de Raúl Serrano donde me formé tres años y luego dos más con Nora Moseico.

E: ¿Por dónde pasaba tu pulsión creativa con la escritura?

DB: Desde muy chico me atrapó la escritura. Me crié mucho con mi abuela, ella miraba novelas y un poco por ahí pasaba mi inspiración. Las historias de vínculos familiares me interesaban.

E: ¿Cuánto hay de autorreferencial en Marejada, tu ópera prima?

DB: Realmente tenía poco de autorreferencial, lo único era la relación que se planteaba entre el personaje y su abuela, esa complicidad me emparentaba bastante con mi historia personal. Con el tiempo me di cuenta que eso significó un homenaje que le hice a ella que falleció en 1998.

E: Y también se plantea una relación gay desde un lugar diferente…

DB: Uno de los elogios de la obra fue que trata esta historia gay desde un lugar muy casual y de naturalidad, sin levantar banderas de militancia. Porque más allá de eso, la obra habla de las pérdidas a las que nos enfrenta la vida en el tránsito de crecer. Un poco mi proceso personal de ser adulto y aceptar que crecer también tiene que ver con entender.


Culminante escena de Marejada

E: Con respecto a los recursos utilizados en la puesta, la iluminación intimista me pareció notablemente lograda…

DB: El tema de los climas lo tenía en la cabeza. Algo que suelen destacarme los actores o críticos que vienen a ver mis procesos de ensayo, es que yo soy muy cinematográfico, tengo una imagen dando vueltas y hasta que la imagen no sale, no paro. Veo después si lo puedo modificar y soy muy libre con el actor para que aporte.

E: ¿Cómo fue el proceso de ensayos?

DB: Al principio hago improvisación y creación del personaje desde el actor mismo, el texto es lo último que se toca. Trabajo mucho con los vínculos, con situaciones hipotéticas y trato de cargar al actor de mucha data sobre el personaje.

E: ¿Cuándo escribiste la obra?

DB: Tanto Marejada como La Soledad fueron impulsadas a partir de textos que tuvieron su génesis en un seminario de dramaturgia que tomé con José María Muscari, que me sirvió para reencontrarme con la escritura desde un lugar bien teatral.

E: ¿De qué trata La Soledad?

DB: Mi primer contacto con el tema fue a través de la película que protagonizaron Carolina Fal y Valentina Bassi, El caso María Soledad. Me fascinaron sus trabajos allí. El mensaje de La Soledad no va por el lado de la denuncia ni la militancia, sino de sacarle lo positivo a la muerte. Cómo fue que la muerte de esta chica de 17 años hizo que un pueblo se levantara e hiciera justicia para cambiar su destino. Otro tema interesante es el rol protagónico de las mujeres y cómo se pusieron al hombro esa lucha.

E: ¿Hasta dónde respetaste la fuente histórica del caso?

DB: Si bien tiene el mismo hilo conductor del caso real, se desprende y tiene mucho de ficción. Los personajes no tienen los mismos nombres, tampoco está situada en Catamarca, porque no quiero que la obra tenga ninguna implicancia política. Tampoco quiero contar la muerte ni escarbar en eso, sino que destaco la historia de amor de una chica de 17 años que se enamora de un hombre de 30, en un contexto bastante singular.

E: ¿Cómo te documentaste para La Soledad?

DB: Hubo un algo de investigación porque se narra un poco el juicio. Pero es esto más que nada, ir develándole al público cómo sucedieron las cosas.

E: ¿Quiénes integran el elenco?

DB: Son doce actores en escena. Pero los protagonistas son Alejo Ortiz, Malena Sánchez, Boris Bakst, Delfina Danelotti y Graciela Levaggi. Boris fue el galán de Natalia Oreiro en Miss Tacuarembó. Lo había visto varias veces haciendo casting en una productora donde trabajo, y pensé que daba para el personaje de El Flaco, el novio de María Soledad. Yo quiero con el personaje de él que las personas que lo vean salgan diciendo: “uh, qué guapo que es” (risas). Alejo junto con Delfina (que interpreta a María del Valle, la mejor amiga de María Soledad en la obra) encarnan a los personajes que funcionan como eje en el momento de contar la historia. Alejo es el "juez" de la causa, como mi intención no es contar un hecho policial, no se le da al personaje un rol especialmente jurídico sino una persona que "busca la verdad y no se doblega ante los poderosos".


Director y protagonistas de La Soledad

E: Y elegiste a un actor de gran trayectoria como Alejo Ortiz. ¿Cómo fue trabajar con él?

DB: No sería sincero si no te diría que a Alejo lo conocí mientras adolecía en los 90, con Verano del 98, una serie teen que marco mi adolescencia. Alejo supo salir del cliché del “actor teenager” y consagrase como uno de los actores más completos de su generación. Sucede que a veces lo mediático trasciende a los trabajos artísticos y eso conforma una cruel realidad. Lo había visto en teatro y me intereso su presencia escénica e interpretación. Tiene los rasgos de naturalidad y verdad necesarios y que se corresponden con mi búsqueda dramatúrgica. Ahora que ya paso un buen tiempo de conocernos debo decirte que no me arrepiento de haberlo convocado, además de ser una excelente persona, algo que a mí me interesa mucho al trabajar, es dúctil, nada soberbio y siempre predispuesto. Los que formamos parte del circuito independiente muchos veces solemos tener cierto prejuicio cuando nos encontramos con actores de trayectoria, por suerte con Alejo Ortiz esos miedos se vencieron y realmente es un gran placer trabajar con él.

E: ¿Lo estético tiene mucho que ver al momento de seleccionar un elenco?

DB: Absolutamente. Me pasa con este elenco que si yo hubiera visto sus currículum, no los llamo. Para mí lo estético juega mucho. De hecho hay uno de los actores que se llama Rodrigo Barrios, que es muy talentoso pero su currículum no me tentaba a llamarlo.

E: Hablás con pasión sobre la película del caso. ¿Tuviste acceso a comunicarte con algunas de las protagonistas?

DB: Me encantaría encontrarme con algunas de las actrices y charlar acerca de cómo fue haber hecho esos papeles con veinte años, que es más o menos la edad que tenían cuando la filmaron. Yo la película la vi cuando estaba en el primario y me marcó profundamente.


Diego Beares: un faro creativo

E: ¿Podrías trazar una línea conceptual o de búsqueda personal entre lo que comenzó con Marejada y lo que está sucediendo con La Soledad?

DB: Creo que ambas obras hablan un poco de lo mismo, de seguir ante todo. Se te pueden morir tus padres, tus abuelos, perder una pierna pero la vida sigue igual. Y está en cada uno seguir o quedarse.


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La Soledad
1° Temporada

Teatro De La Comedia
Rodriguez Peña 1062
Viernes 23hs

“LaSoledad” como la llamaba su madre, se enamoro de un hombre mayor y casado.
En la primavera de 1990, mientras soñaba con su viaje de Egresados la encontraron muerta a la vera de la ruta.
Su mejor amiga, María del Valle, y la rectora del colegio, la Hermana Gloria, deciden cargarse la muerte de Sole al hombro y salir a pedir justicia, en una provincia en donde los poderes ejecutivos y judiciales están mas que sospechados.
El hijo del Gobernador y sus amigos, junto con el “enamorado” de Sole, son los principales sospechosos, el Juez de la causa no se deja doblegar frente a los aprietes del poder y sigue adelante.
El pueblo se levanta como nunca en Valle Viejo y decide marchar para pedir justicia, con la novedad de que lo hacen en silencio.
La muerte de una joven de origen humilde, trunca lo que los poderosos habían planeado para su Valle Viejo.
Inmolada en el florecer de la vida, María Soledad, con tan solo diecisiete años, jamás pudo imaginar ser el principio del fin.


Con (por orden alfabético): Boris Bakst, Rodrigo Barrios, Gustavo Bassani, Gabriel Cáceres, Delfina Danelotti, Sofía Gonzalez, María Laura Guillen, Graciela Levaggi, Facundo Lopez, Leonel Lugon, Alejo Ortiz y Malena Sánchez.
Dramaturgia y Direccion: Diego Beares


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La Soledad
2 Temporada

Sábados 21.30hs
Teatro El Piccolino
Fitz Roy 2056






martes, 30 de agosto de 2011

Entrevista a Norman Briski

"LA REVOLUCION NO SE HACE EN EL TEATRO"


Por Charly Zarate

El actor, director y dramaturgo Norman Briski nos recibió en el Teatro Caliban, su refugio cultural, con la excusa de hablar sobre su nueva obra "No te vayas, con amor o sin él", aunque temas como la política, las utopías y la relación entre teatro y realidad social fueron también ejes de esta charla íntima con La Voz Joven.

Norman Briski nos hubica  una mesa en el medio del escenario y arrima tres sillas para comenzar la entrevista en el alma de su teatro-escuela Caliban, donde hace años se desempeña como docente y programa obras de su autorí­a.

CZ: ¿Por dónde le atraviesa el teatro hoy?

- Es mi manera de ver al mundo, el juego que encontré para mi vida, mi deporte favorito.

- Si tomamos al teatro desde su sentido lúdico, ¿qué es lo que todavía le sigue divirtiendo de actuar?

- Todo lo que implica hacer una obra de teatro, lo cognitivo y las relaciones interdisciplinarias que va explorando el actor.

- ¿Por qué empieza por la pantomima?

- Porque era un adolescente con un cuerpo muy expresivo, yo digo que era todo cara (se ríe). La otra razón tiene que ver con la expresividad en el campo de la no palabra, tenía capacidad de invencionar cosas sin usar la palabra y eso me sigue fascinando todavía.

- ¿Un histriónico?

- No sé si tan así, porque histriónico ya implica una estética muy precisa. Me parece que la no palabra dicha pide los recursos expresivos totales. Histrión tendría más que ver con la Comedia del Arte o algo parecido.

- El impulso creador del actor transita por diferentes técnicas y métodos. Imagino que usted ha experimentado una gran variedad. ¿Desde dónde se para actualmente al componer un nuevo personaje?

- Permitime corregirte, yo no compongo personajes. Es una definición un tanto agotada. Componer significa un artificio que el teatro a partir de Stalivnasky y otros maestros se despojan ya del trabajo del actor. Ya no es "hacer como si" sino vivir una escena con tu propio cuerpo que tiene muchos cuerpos. Entonces sería que yo no compongo sino asumo roles que me siento cercano a los que puedo ponerles el cuerpo e interpreto esos roles. Esto es distinto a representar un rol que sería aquella vieja palabra de componer.

- ¿Esto tiene que ver con el denominado Teatro de la Afectación?

-Seguro. Suena raro pero es así. Con la palabra afectación pareciera que mal herimos, pero tiene que ver con que el teatro te atraviese, te afecte.

- Hay una frase que suya que me interesa rescatar al respecto, donde asegura que: "Un actor es un buscador de escenas"...

- Es un buscador de vidas. Y la vida tiene escenas, entonces el actor va buscando donde aparece una intensidad determinada, un estado preciso, y eso es muy lindo encontrarlo en la realidad para hacerlo de uno.

- ¿Esto se relacionaría con el teatro comunitario que usted experimenta?

- Si, teatro de la comunidad o teatro popular. A mí me parece que es una estética distinta y muy atractiva que tiene que ver con lo que llamo Teatro Necesario. Hay un teatro deseable y otro necesario. Bertolt Brecht enseña un teatro que tiene carácter de urgencia, si se quiere didáctico y encierra un teatro más de la representación de un compromiso; de un teatro para acompañar un social histórico, para acompañar luchas populares. Acompañar dije, la revolución no se hace en el teatro. Y ese teatro tiene esa capacidad de fiesta y algarabía.

“Estos progresismos me confunden”



A Norman Briski le cuesta separa sus teorías teatrales de la realidad social que lo circunda. Y tiene la autoridad para hacerlo a sus 73 años, con más de cincuenta en carrera y tras haber estado ocho años exiliado en España, por la amenaza y persecución que sufrieron tantos artistas durante la última dictadura militar.

- En los últimos tiempos se han abiertos cerca de doscientos nuevos espacios de teatro independiente, Buenos Aires tiene una cantidad enorme de obras en los distintos circuitos. ¿Porque será que los jóvenes eligen tanto el teatro para expresarse? ¿Cómo se puede leer este fenómeno?

- Me parece que expresa que la moda no atrapa todo, y ahora se puso de moda el teatro y cuando el teatro se pone de moda no le hace bien. Tampoco conozco todo lo que se está haciendo en la Argentina pero me da la impresión que muchos de esos jóvenes tienen la influencia del posmodernismo, como que no tienen rebeldía ni subversión. Simplemente están jugando al teatro del teatro, como el posmodernismo juega con la arquitectura de la arquitectura o la cultura de la cultura. Eso es un segmento, después hay cosas que son muy interesantes, y que de todas maneras no da la impresión que hoy la Argentina está en un momento de alto interés en el teatro. La nueva camada no tiene la potencia que tuvo en su tiempo la dramaturgia de Griselda Gambaro o de Edurdo Pavlovsky.

- No habría representatividad.

- Es que el teatro no necesitaría de la representatividad, necesita de talento y de gente que se inspire en lo que está pasando pero me da la impresión que no veo grandes novedades como he visto en otros momentos. Aunque son los altibajos normales de sociedades que se han vuelto muy consumistas y el teatro también se ha vuelto consumo.

- Signo de los tiempos si se quiere ¿no?

- Signo de los tiempos son graves. Y todavía el teatro no dio cuenta de la gravedad de estos capitalismos pseudo dependientes o pseudo independientes. A mí me vuelve loco esta situación que está sucediendo, estos progresismos me confunden mucho porque por un lado tienen cosas ligadas a lo que significo treinta mil muertos en Argentina pero por otro lado hay veintidós muertos este año.

- ¿Ve una exacerbación en la política de los Derechos Humanos?

- No hablaría de los Derechos Humanos porque está muy bien que así se encare pero también es un derecho humano que todos los chicos tengan un nivel proteico estable, que en el Borda tengan una internación digna. O una falsa idea de la seguridad porque está ligada a la propiedad. Todo este conjunto de cosas como ambiguas no entran a ser contradictorias sino que a mí me ponen en la confusión y en el mal menor, elegir el mal menor y como soy grande yo no tengo ganas de elegir el mal menor, quiero elegir lo mejor para mi gente y para mí.

- A propósito de ello en su nueva obra llamada "El barrio se subleva" trata el tema de la impotencia de poder modificar lo ya instalado. ¿Intenta transmitir su desencanto allí?

- Me parece que es probable que haya una desilusión, yo no estoy desilusionado porque nunca me ilusioné.

- ¿No creyó nunca en las utopías?

- Sí. Me ilusiono del utópico pero no de lo que tenemos como realidad. Me da la impresión de que lo ilusorio sería la patología de la ilusión. Yo no sufro de lo ilusorio sufro de mis ilusiones que ha sido un proyecto de país más ecuánime más justo más independiente. No quiero un capitalismo generoso porque nunca existirá, porque nunca voy a creer en un patrón bueno. Esto es un gatopardismo que apunta a un cambio sin que cambie nada. Y con una derecha que es de temer, entonces te ponen en la locura de elegir entre un River o un Boca, y yo soy de Independiente.

No te vayas, con amor o sin él

De entrada nos encontramos en el alma oscura de una casa en la cual se irán sucediendo todos los acontecimientos cotidianos que dibujaran claramente a estos dos personajes sin nombre pero con mucho contenido psicológico. Una mujer paralitica y su empleada doméstica envueltas en juego dialectico de sometedora- sometida condicionado por la acción de dependencia entre amo y esclavo.

La historia se va articulando con momentos claustrofóbicos no sólo por la acción y el conflicto planteado sino por el ambiente, con una acertada puesta en escena y disposición del espacio escenográfico incorporando hasta un inquietante ascensor.



- ¿Cuál fue el disparador de la obra?

-Una mujer que estudio conmigo que venía en silla de ruedas y había dificultad de encontrarle material a ella que le fuese propio, entonces me dediqué a realizarle algunos reportajes para encontrar un poco su esencia y trabajar sobre algo más que lo autobiográfico

- ¿Cómo trabajo la discapacidad de su alumna en la actriz Eliana Wassermann?

- La mejor manera de hacer a una persona que está en silla de ruedas es una persona que camina, y viceversa. O cuando una persona paraliza sus piernas aparece como una potencia de cómo te adaptas a otro cuerpo con esa dificultad entonces aparecen cosas muy novedosas. Y Eliana tiene unas condiciones de parálisis que son un poco asustantes, que a veces no se puede levantar de la silla o que pierde el control de sus piernas s totalmente. En ese sentido esta bueno el trabajo.

- Está contento con el resultado.

- Yo creo que tanto Eliana Wassermann como Carolina Molini son dos actrices nobles, que se enchufan, que se la creen y juegan seriamente a que están viviendo esas situaciones tan difíciles. Por otro lado también sorprendido con el contenido de la obra; que un tema tan trillado como la dependencia del trabajo interese tanto a la gente que esta tan atenta al tema que estamos viviendo para dar nuestro trabajo a otro, que otros vivan de nuestro trabajo.



- Yo también leí otras metáforas la sumisión, la opresión, la marginalidad la explotación…

- Claro, y el explotador explotado, porque el empleado también se revela.

- Hay un determinante cambios de roles, sentí vos lo que se siente estar acá…

- Seguro, pero más que sentir, hay un fuerte planteo de usurpar el lugar del otro porque está podrido de ser el esclavo, y ahora que es dueño experimenta la alienación de su amo. Lo que tiene de interesante la historia es que no es previsible lo que va sucediendo. El teatro cuando es previsible está muerto.

"Mi maestro fue el teatro mismo"

-Con respecto a su labor cinematográfica ¿recuerda algún personaje con el que se haya identificado?

- Yo hice como ochenta películas, en cada una encontré algo interesante pero me parece que nunca hice una gran película. Trabajar en “La Cruz” de Alejandro Agresti me encanto hacerla. Ahora acabo de terminar otra con él, hoy pude verla terminada. Un peliculón (se entusiasma). Se va a llamar “Limbo” y está protagonizada por John Cousak, Romina Riccie y Juanita Viale. Hago de un facho argentino…

- ¿Cómo se creyó eso usted?

- Sí, sí, cómo no me lo voy a creer. Conociendo la historia argentina, no solamente no me cuesta hacerlo sino que además defiendo algunas posturas de esta ultra derecha genocida. Porque si uno se pone a pensar en los que fundaron este país, los que hicieron este país nación fueron los genocidas que terminaron con todos los indios, Roca, Mitre con algunas excepciones Belgrano, Castelli. Pero los que hicieron la argentina son esos genocidas y es ese ejército, pero no había clase política ni siquiera había curia. Entonces son los responsables directo de lo fundacional de la Argentina ese ejército de Videla también de San Martín.

- ¿Con esta fundamentación pudo defender la credibilidad de su rol en la película?

-Me es fácil defender, como no vas a defender eso que hicieron estos tipos. Con excepciones claro, Lucio Mansilla contra los anglo franceses, Brown…hay gente muy linda en la historia argentina pero hay gente espantosa que ha fundamentado que la Argentina hoy sea lo que es. Porque si no estarían los pueblos originarios como en México o Brasil. Porque en Brasil todos hablan bien de Lula pero están las organizaciones de gente sin tierra, que no tienen vivienda y la pobreza y los sueldos están peores que acá. De que estamos hablando entonces. Mucha propaganda y la elige el mal menor. Porque desconoce o no quiere avivarse como los treinta mil muertos, ¿nadie se dio cuenta? ¿Zafaroni no sabía que tenía cinco edificios? Qué raro no, un tipo tan inteligente y astuto.

-La eterna política de tapar.

- Y el que tapa y tapa, te vuelve Shocklender o sea no tapemos más, y siempre la liga uno porque uno quiere tapar. La historia de esos jóvenes argentinos que daban la vida por un país más lindo, por lo menos decilo , estos tipos tienen que saber lo que están haciendo. Te van marginando, yo tengo mi cueva. En esa marginación yo tengo más contacto con la gente de los bordes que me inspira y me da mucha vitalidad.

- ¿Y también esa vitalidad se debe dar en la docencia?

-Seguro. La vitalidad que te dan los jóvenes de querer estar en un juego apasionado. El joven lo que viene a buscar acá es apasionarse con algo que le gusta, entonces ya es respetable para mí un estudiante de teatro.

- Hay un viejo mito entre los estudiantes de teatro con respecto a que usted suele obligar a desnudarse a sus alumnos. ¿Es cierto?

- (Risas). Jamás les he dicho eso. Pero en los juegos de improvisación hay alumnos que le gusta hacerlo. Pero si hay muchos jóvenes a los que les gusta quitarse la ropa, algunos por exhibicionistas y otros como un acto liberador.



Con Cristina Banegas Y Maria Onetto en "Tratame bien"

-¿A quién de sus pares considera referentes importantes?

- En Argentina hay muchas cosas a favor de ser un trabajador del teatro. Considero que Juan Carlos Gene tiene cierta seriedad, la compañera de él Verónica Oddo, así como también Cristina Banegas, Lorenzo Quinteros, Ricardo Bartis son gente linda que está discutiendo lo que hace.

-¿Y sus maestros quienes fueron?

-Mi maestro fue el teatro mismo, no tanto los maestros en sí mismos sino lo que vi de teatro desde los seis años. Me llego mucho la cosa flamenca, el deporte, todas esas cosas me inspiran y no haciendo una división. Para mí Menotti es un maestro, y bueno mezclo todo. Porque me da la impresión que hay una especie de exclusividad y cuando el teatro se vuelve así se torna oscuro, teatro del teatro y a mí me gusta el teatro de la vida.

CHARLY ZARATE

Colaboración especial: Claudia Stiglitz

Dónde ver su obra

“No te vayas, con amor o sin él”

TEATRO CALIBAN

México 1428 PB 5°

Capital Federal

Reservas: 4381-0521

Entrada: $ 35,00 y $ 25,00

Sábado - 21:00 hs

domingo, 21 de agosto de 2011

Entrevista a Marcelo Ezquiaga

Tira el anzuelo y pega fuerte


Por Charly Zarate
El espíritu iniciático de un cantante o músico suele parecerse. Adolescencia más búsqueda creativa y ganas de tocar deriva en banda. Y esos primeros grupos van mutando con el transitar de sus integrantes, algunos entran y otros se van pero siempre hay uno que se queda para forjar una identidad.

Marcelo Ezquiaga vio desfilar a su alrededor a muchos músicos hasta que en el 2001 mientras caminaba por la calle junto a un amigo hubo una señal que lo motivo para decidirse a grabar su primer disco. Hay una imagen que si bien no tiene nada que ver con lo que luego fue esa producción, jamás se despegara de su anecdotario, esa mañana derribaban las Torres Gemelas.
Esta semana se cumplió el décimo aniversario de aquel atentado terrorista que hizo temblar el escenario mundial. Justamente esta misma semana Marcelo Ezquiaga presentara su nuevo disco "Hombre Golpe" en el Centro Cultural de la Cooperación (viernes 23:30hs).



Oculto tras el seudónimo de Mi tortuga Montreux, grabó tres discos: Mar del Plata en invierno, Mapa y Mi tortuga Montreux. Mote que decidió abandonar para comenzar a definir su música con nombre y apellido, y grabar dos discos: Un buen pescador y Hombre golpe. Ambos trabajos tienen, además de sonidos que lo han instalado con estilo propio, un ensamble más fuerte entre compositor y autor. Sólo basta con escuchar “El gaucho vive y muere en su ley”, “Maniquí” o “La vida desde lejos”, por nombrar solo algunos temas, te introducen con ganas de profundizar en el Universo Ezquiaga.

E: ¿De dónde surgió aquel seudónimo?

ME: Había un disco de Le Mans, una banda española de los 90, que se llamaba Mi novela autobiográfica, y a mí me encantaba ese significado porque tenía que ver con una carga de melancolía que en ese momento me representaba. Además era fanático de Caifanes que tenía un tema llamado Tortuga, por otro lado el jazz me encanta y Montreux es una ciudad de Suiza donde se realiza uno de los festivales más importantes, y del enroque nació Mi tortuga Montreux.
           

Los tres discos signados por Mi tortuga Montreux fueron grabados con formaciones diferentes y hasta presentados en vivo con músicos que no habían estado en el proceso de creación.

E: ¿Te cuesta tener una banda estable o sos muy exigente?

ME: Para mí la música es libertad y no siempre tengo la idea de que lo que elijo va a sonar bien con la gente que estoy tocando. Soy bastante déspota a la hora de estas cuestiones. No hay una idea correcta de lo que es la música. La razón por la que yo lo hago la puedo simbolizar definiéndola como una especie de “no cáncer. La puedo compartir pero tiene que ser una decisión. De hecho Mapa es un trabajo compartido y fue el disco más de banda que hice en mi vida. Pero a mí me divierte más elegir las ideas, en ese sentido me identifico mucho con el director de cine o el escritor, que son creadores más solitarios.

E: ¿Por qué disolviste Mi tortuga Montreux?

ME: Luego de realizar los tres discos, haber capitalizado nuestro público e instalado en un lugar reconocible, tome esta decisión porque ya pase la barrera de los treinta años y me resulto una barrera bastante palpable. Por eso busqué otro concepto que me representara y decidí disolverla.

E: ¿En qué momento del día o estadío emocional te suelen visitar las musas?

ME: Todo el tiempo, porque soy muy entusiasta. Me vienen ideas en cualquier lado. Para mí el ritmo es un impulso inspirador, quizás estoy en un ascensor muy percusivo y me provoca pegarle a las paredes y hacer un ritmo entre los pies y las manos y allí ya tengo una idea de composición.

E: ¿Y qué te suele llegar primero la música o la letra?

ME: Depende, a veces los días son muy musicales y me puede disparar una canción pero después hay que ver si sobrevive eso a la papelera de reciclaje. Y hay otros que son más introspectivos y me instalo a escribir, pero también trato de que eso sea musical. Últimamente me cuesta bastante escribir y que luego me venga la música. Me pasa que tengo una composición muy bandeada, e intento darle a mis discos un cierre muy homogéneo.

E: ¿En Hombre golpe lo notaste más?

ME: Sabes que sí. Yo lo escucho ahora y me doy cuenta que es un disco que como formato, también es un instrumento. Por más que la gente piense que paso de moda, para mí no es una cuestión cultural sino una cuestión de obra. Si vos queres desarrollar un lenguaje esta bueno que haya una extensión. Pero al mismo tiempo, también me pinta subir algo experimental a internet y lo disfruto. Siento que con la música no tengo ni prejuicios ni ataduras.




E: ¿Con cualquiera o con el rock?

ME: Hubo mucho debate en los últimos tiempos acerca de qué es considerado rock. Creo que es sólo una cuestión de etiquetas, porque hay mucha gente a la que le gusta pararse en esa actitud idealista y cuestionadora en desmedro del músico. No importa si es rock and roll o no.

E: Me decías que creciste escuchando rock nacional. ¿Hoy tenes referentes en la escena vernácula?

ME: La verdad que no. Los escuche a todos, saque un montón de temas de ellos pero me gusta mirar para adelante.

E: Un Charly García o Fito Páez. ¿No te influyeron?

ME: Recontra. Pero esta bueno tener una cierta actitud de reverencia. Yo tengo esa actitud de reverencia con mis abuelos, por ejemplo; gente que para mí hizo sentir cosas buenas. Entonces a Fito o Charly no le pido más musicalmente, si quieren darme nuevas cosas bienvenido. Pero no critico a nadie, porque si alguien dio artísticamente algo muy bueno ya le tengo cariño. Ellos marcaron musicalmente mi adolescencia y eso ya es mucho. No me paro a decir “no hacen ya lo que hacían” o “no son tan buenos”; en ese momento arremeto y los desafío a que me muestren si tienen discos tan buenos como los que ellos han grabado. En rigor de verdad el arte debería tener un espíritu de autosuperación, pero insisto con esto, si alguien dio algo bueno a la gente eso no debe boicotearse.

E: Totalmente de acuerdo con vos. La música de cada artista va a trascender a la vida de todos nosotros y depende de nosotros agarrar un disco para que reviva. Si queda pegado a una moda o no es una cuestión de algo comercial y no de la esencia del artista.

ME: La gente dice “pero no es el mismo”, obvio que no es el mismo. El paso del tiempo es implacable y muy poderoso. Y esto vale para uno y también para los discos.

E: ¿Esta reflexión existencialista traspasa tus últimos trabajos?

ME: Creo que en Hombre Golpe se nota más esto de que si hay alguna razón por la que venimos a esta vida hay que buscarla sin tantas dudas. Tal vez hay tanta contradicción en el ser humano y eso le da cierta ironía a la vida. Yo descreo de ese lugar común de tomar a un músico como héroe. Un artista también tiene contradicciones y está bien que así sea. Estoy leyendo una biografía de Charles Chaplin y él es un exponente de esto que cuento. Puede estar defendiendo a la chica en apuros pero también puede venir un tipo más fuerte que él y salir corriendo. Pero más allá de sus contradicciones, está bueno que uno sea lo más consecuente posible. Y esto sobrevuela Hombre Golpe, hacer las cosas ya y no doblegarse ante nada.

E: ¿Hay algún tema en el que esa impronta está más marcada?

ME: En el primer tema “Espinazo” que dice “mi espina bien clavada la de no haber dicho cosas que pensaba y que ahora me arrepiento de callarlas”, y es verdad que hay cosas que callé pero nunca deje der consecuente ni siquiera con mis contradicciones.

E: ¿Y cuál es tu filosofía de vida con la música?

ME: Para mi es la búsqueda de la verdad desde la libertad, que puede estar expresada en ironía, contradicción, tristeza o felicidad.

E: Un arte…

ME: Sin dudas, pero quiero destacar un arte no reconocido que es salir a la calle y más en esta época que esta todo predispuesto para que te quedes en tu casa. Salir a la calle es una forma revolucionaria de expresión. Es muy paradójico lo que ocurre con las redes sociales, donde lo que más te molesta es la gente, a pesar de que están para vincularse. Pero si se te para alguien al lado mientras estas frente a un computadora le decís: “ey, que haces acá, este es mi mundo y el de mis cinco mil amigos de Facebook, correte”.

Marcelo Ezquiaga y su banda
Andres Ravioli en trompeta teclados y coros
David Alonso Fernandez en bateria y trombon
Florencia Pons en coros

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Viernes 16 de Septiembre
Centro Cultural de la Cooperación
Av Corrientes 1543, 23:30 hs
(la boleteria cierra a las 24 hs y arranca el concierto)
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Bajate Hombre Golpe acá
http://www.marceloezquiaga.bandcamp.com/

Hombre Golpe Cover Art

http://www.lavozjoven.com.ar/?q=contenido/entrevista-con-marcelo-ezquiaga

miércoles, 17 de agosto de 2011

Entrevista a Darío Cortés

"El drama en el teatro nos traspasa a todos"



Por Charly Zárate

A sólo nueve meses de haber llegado de España, donde Desmesura se ha instalado con gran repercusión en el circuito independiente, el director, dramaturgo y actor Darío Cortés está presentando la versión porteña de su propia obra que forma parte de su trilogía El Amor desnudo, que promete terminar de exhibir en Buenos Aires.“Es la historia de un amor sosegado y consciente. Contada desde los sentimientos a veces tan claros, a veces tan confusos, que todos hemos sentido alguna vez”, contará en esta charla íntima.

Su pasión por el teatro arranca en la Escuela de Bellas Artes de Quilmes donde realizó la carrera de Arte Dramático. Pero de manera precoz y por casualidad, se vio trabajando profesionalmente como actor desde los doce años, cuando su profesora Claudia Dessy buscaba un niño regordete para su obra Todo de a dos. La pieza llegó a estar dos en años en cartel. Darío recibió sus primeros sueldos mientras aprendía a jugar en el escenario.

E: ¿Cómo te marcó esa experiencia?

DC: Claudia Dessy había sido alumna de Alfonsina Storni. Ella me hizo amar el teatro desde muy chico. Hay algo que me dijo que siempre recuerdo: "Vas a hacer mucho teatro y te van a llamar la atención los personajes que tengan una búsqueda afectiva". Y realmente vaticinó lo que hoy es la esencia fundamental de mi poética. Pero hay una anécdota anterior que es la que realmente me marcó y tiene que ver con mi familia. Yo fui muy autodidacta desde muy chico, mis padres trabajaban y me cuidaba mi abuela que había cantado en iglesias y leía libros de Federico García Lorca. Así que, mientras aprendía a leer, ya estaba involucrado con historias teatrales. Entonces, le pedía a mis padres que me llevaran al teatro pero la situación económica no daba. Una vez, unos vecinos que tenían entradas para ir al Teatro Colón a ver una versión cantada y actuada de Hansen y Gretel, no pudieron ir y les regalaron a mis padres las entradas. Me cuenta mi madre que ese evento fue el flechazo con el teatro: tenía efectos especiales , una bruja salía volando por la platea y a mí me volvió loco. Tenía siete años pero ella dice que desde ese momento no dejé de pensar en teatro.

Darío recuerda que su profesora le recomendaba ver también mucho cine argentino, y cuando vio La historia oficial quedó fascinado por la actuación de Norma Aleandro, quien fue su gran maestra de teatro. Mientras se independizaba en la gran ciudad a los 18 años, trabajaba en Blockbuster para pagarse sus clases con Norma, de quien dice: “Me costó varias clases bajarla del pedestal”. Haber sido alumno de Norma Aleandro le abrió muchas puertas y para él significa un verdadero orgullo que esa experiencia figure en su currículum.

E: ¿Qué registro te interesa más trabajar?

DC: El drama. Dame drama, dame tragedia, quiero sufrir (risas). Siempre tuve predilección por los autores trágicos como Tennessee Williams, Joe Orton, William Shakespeare. La fuerza que tiene el drama es incomparable con cualquier otro registro, porque está conectado con algo verdadero, humano y universal que nos traspasa a todos.

E: La vida es un drama, ¿no?

DC: Realmente. Mirá, Norma decía algo que después lo repitió mi otro profesor de interpretación y dramaturgia que fue Javier Daulte, un grande por donde se lo mire. Él fue quien realmente me dio la vuelta de tuerca. Decía que el humor es coloquial. Tal vez las mismas cosas que nos hacen reír acá no suceden en otra parte, pero el drama sí es universal porque a todos nos duelen las mismas cosas: el desamor, el desapego, la muerte.
Paradójicamente, en el 2000, cuando Darío tenía sólo 19 años, hubo un auge del teatro de humor y junto a una compañera montaron Cachondos por cuatro funciones en el Teatrón. Funcionó tan bien, que siguieron en el Teatro El Vitral y se convirtió en un éxito del teatro independiente, llegando a estar seis años en cartel alternando temporadas en Mar del Plata.






                                           Siempre intentando focalizar contra el difuso destino


E: ¿Qué te aportó Javier Daulte?

DC: Lo conocí antes de que diera el gran salto al teatro comercial. Me formé con él dos años como actor y en dramaturgia, y una de las cosas que me enseñó fue a estructurarme. Yo venía haciendo muchas cosas juntas y él marcó un orden en mi carrera, porque Daulte es un tipo muy pragmático, se ve en sus obras. Está todo muy calibrado, hay equilibrio, le gusta mucho la rítmica y la simetría. Él notaba al principio mucha disparidad ycierto espíritu inquieto en mis textos. Recuerdo que me repetía algo que decía Woody Allen, que “hay que hacer de los supuestos defectos una particularidad como creador”, porque a él le criticaban mucho al principio ese desorden en su manera de hacer cine, con los planos, los juegos entre realidad y ficción, la película dentro de la película. Javier Daulte me decía, mientras transitaba su taller de dramaturgia, que yo le recordaba en mi forma de escribir a Woody Allen.

Esto que Javier Daulte ya percibía en Cortés se terminó de concretar en la creación de Desmesura, donde confluyen los recursos de ruptura del cine de Allen, pero también los de puesta en abismo que plantea otro gran director de cine, como lo es David Lynch. Este tamiz lo usó para perfilar sus personajes de Desmesura, en una historia que arranca con un emocionante homenaje a la poética de la escritora británica Sarah Kane. Cortés le hizo caso a Javier, metió todos sus referentes en la coctelera e intentó destilar estilo genuino, pero el emerger de un amor ibérico lo llevó a trasladarse a España durante casi cinco años y fue allí donde el escritor ordenó su babel creativa.



Un artista sensible y humilde


E: Contános, ¿cómo fue el transitar de tus obras en España?

DC: Bueno, Desmesura estuvo dos años en cartel, la segunda parte - que es La estrategia del escarabajo - la llegamos hacer muy poquito y Océano, que cierra esta trilogía, aún no fue estrenada. Estas dos son las que espero hacer el año que viene con el mismo elenco de actrices que son mis chicas amadas, Checha Amorosi, Viviana Suraniti y Alejandra Feudal.

E: ¿Qué se cuenta en La estrategia del escarabajo?

DC: Allí se hace hincapié en la historia de un amor sólido, de dos chicas que se enamoraron en la infancia y vienen de clases sociales diferentes; ahí está desarrollado el paralelismo que hay con los personajes de Pablo y Manuel. La obra tiene un desenlace que también resuelve la historia de la pareja masculina. Es decir, en Desmesura se hace foco en el conflicto de las dos relaciones, en La estrategia del escarabajo ese conflicto se resuelve, ese triángulo amoroso ya no aguanta mucho más tiempo y le da otra vuelta desde la ficción a la realidad que plantean Pablo y Manuel; se explica por qué ese amor es tan resistente, qué te hace pensar que podes pasar toda tu vida con una persona. Entonces, así como Desmesura es una comedia con melodrama, La estrategia del escarabajo es un gran drama.

E: ¿Y Océano?

DC: Es una comedia. La historia del personaje de Luz, diez años después, que suma un nuevo relato indagando en el universo transexual, pero desde un lugar de mucha sensibilidad. Y me parecía muy original y que nunca se había tocado en el teatro con profundidad. En España hay mucha más apertura al respecto, trabajan en instituciones públicas gente transexual y me parece genial.

E: Y editaste tu primer libro de teatro…

DC: Es una edición muy humilde de Desmesura en su versión española. Lo hice en una visita donde mis
hermanos vieron el montaje, les encantó y se emocionaron mucho por todo lo que significa a nivel personal. Una historia tan arriesgada y lo valoraron mucho. Mi familia es un ejemplo de tolerancia e igualdad. Siempre tomaron mi condición sexual con mucha naturalidad, y como yo tuve esa suerte quería compartir esta historia con quienes les cuesta un poco más transitar esta elección de vida.
Si bien Desmesura diagrama su narración en los núcleos conflictivos de dos historias con temáticas de diversidad sexual, en este caso de gays y lesbianas, lo elevado y significativo de Darío Cortés es haber logrado una multiplicidad semiótica mediante la cual el espectador puede elegir el signo que más le conmueva o perturbe para hacer su propia resignificación.


Lanzamiento del libro "Desmesura" en Argentina

E: ¿Creés que has levantado banderas en el colectivo LGTB?

DC: Mirá, yo no quería levantar ninguna bandera, pero al final la gente del palo me dice que lo termino haciendo y de la mejor manera. Gente que quiero mucho y respeto como Juan Britez, Osvaldo Sabino, que es un grande y el día del estreno me hizo llorar cuando me dijo: “Yo te felicito, pibe, porque no sabés lo difícil que fue ser puto en los setenta, y porque podes contar esta historia desde la libertad y con esta sensibilidad”.
Lo que el periodista y dramaturgo Osvaldo Sabino le detallaba a Darío Cortés sobre la sensibilidad de la obra, tiene un gran referente que transita sobre todo al comienzo cuando el personaje de Manuel, que también interpreta Cortés, comienza leyendo lo que es un homenaje a la poética de la escritora británica Sarah Kane, una gran influencia para el dramaturgo quilmeño.

E: ¿Cuándo te involucraste especialmente con el universo creativo de Sarah Kane?

DC: Yo había leído Crave y 4.48 Psicosis. En un viaje a Londres fui al Globe Theatre, el teatro de Shakespeare, lo cual para mí fue sublime en ese momento, me crucé con una dramaturga italiana mientras hacíamos la visita guiada; y me comentó que en un lugar medio under cerca de allí una discípula de Sarah Kane daba un curso en un workshop. Sin dudarlo, me anoté.

E: ¿Qué podés enfatizar de esa experiencia?


DC: Haberme enterado de una fuente directa cómo escribía Sarah Kane. De hecho, el lugar era un antro, con olor a pis de gato, pero ella escribía en sitios como ése porque era su universo. Ella era hija de cultos pero una gran hippie. Entonces, esta discípula de Sarah nos empezó a enseñar desde la teoría que ella utilizaba, que no quería que la consideraran ni una maestra ni una creadora porque simplemente escribía desde su singularidad. Los ingleses la denominaron “la dramaturga del teatro descarnado”. No tienen ninguna otra autora que escribiera con un techo abierto como ella, ni siquiera es comparable con Oscar Wilde. También nos contaba que Sarah no escribía cuando tenía los efectos de los psicofármacos sino cuando tenía los síntomas. Porque decía que, cuando estaba bajo los efectos de la medicación, era como que sus demonios y pasiones estaban dominadas y que no era ella. Estas revelaciones me volvieron loco.

E: ¿Quedó algo documentado de ese workshop?

DC: Nos hizo escribir un monólogo desde algo verdadero, acerca de una persona que quisiéramos mucho y que tuviéramos miedo de perder, detallando una lista de cosas que nos enamoraran de esa persona y cosas que nos doliesen. Nos expresaba que conectáramos mucho con el dolor que nos producía perder a esa persona. Y yo, que venía de una separación, imaginate lo que fue esa experiencia para mí. Ella nos planteó este ejercicio para que nos introduzcamos en la poética de Crave que es su obra emblemática.

E: ¿Cuál fue la devolución que te hizo esta discípula?

DC: Me dijo que “si Sarah estuviera viva le encantaría lo que escribiste porque ella decía que el amor es un monstruo que oscila entre lo cotidiano y lo profundo”. Esto me llevó a signar el comienzo de Desmesura de esta manera, entre lo coloquial y lo romántico.
  


"Hoy debo decir que soy feliz"

E: ¿Cómo sintetizarías esta obra?

DC: Es la historia de un amor sosegado y consciente. Contada desde los sentimientos a veces tan claros, a veces tan confusos, que todos hemos sentido alguna vez. Mi gran desafío fue contar algo diferente, desde otro punto de vista y con una ruptura también en la forma.
Hay un momento culminante de la obra en la que las tres actrices de Desmesura interpretan cada una un monólogo mediante el cual se presentan e interpelan al público, rompiendo la cuarta pared para concluir con una pregunta retórica acerca de la posibilidad de la felicidad.

E: Y vos, Darío Cortés… ¿sos feliz?

DC: Estoy en un proceso de intentar ser feliz conmigo mismo y eso lleva muchas batallas. A mí me gusta, cada vez que hablo de felicidad, recordar una frase de Jorge Luis Borges que decía: “Uno es feliz en cachitos, por etapas y en momentos”. Más perfecto no lo podía escribir. Hay que saber definir que ser feliz no es algo absoluto. Hoy me toca ser feliz con este proyecto que me llena desde lo profesional, ser feliz por volver a mi país y reencontrarme con mis afectos; quizás en lo personal no tanto y estoy aprendiendo de los errores. Pero Borges completaba su idea diciendo que “hay que aprender a poder decir que sos feliz en algo, aunque no lo seas en todo, también hay que decirlo”. Entonces, hoy debo decir que sí soy feliz.

Cortésmente






“Mi próxima obra es Alfonsina, un proyecto para este verano que homenajea a todas las mujeres, reunidas en una sola: Alfonsina Storni. La poeta de origen pobre que robaba libros porque su familia no podía comprárselos, la feminista, que se vino del interior a Buenos Aires con un bolsito, un hijo y apenas 20 años. Una mujer que amaba la vida, el arte y disfrutaba mucho del teatro. Quiero con esta obra mostrar su parte más luminosa, su sentido del humor, su lucha, su intensidad, pero sin tanta oscuridad. Por lo que más sufría ella es por la mirada del hombre hacia la mujer, así que esta bueno que un hombre aporte su punto de vista sobre esto. Una especie de acto reparador. La obra está en etapa de construcción y va a estar buenísima. Alfonsina estará interpretada por Viviana Suraniti. Es también un homenaje y agradecimiento a mi primer profesora de teatro Claudia Dessy que estudio con Storni en el Lavardén”.

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Darío es un gran cinéfilo y tambien esta coqueteando con ese maravilloso arte, aquí les dejamos su primer cortometraje " The Baby from Israel" para que lo disfruten con la piel erizada...



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"DESMESURA" (1ra. parte de la Trilogía: EL AMOR DESNUDO)
Algo de la trayectoria de la obra en ESPAÑA
"Desmesura" - Se estrenó siendo Obra Seleccionada para V Festival Internacional LGTB 2009 en Madrid, Festival IDEM (Andalucía, Córdoba) / Festival audiovisual LGTB Málaga 2010 / Certamen de nuevos creadores BILBAO 2010 / Fue premiada en X Certamen de Teatro San Juan Evangelista (España 2010) y realizo temporada en salas circuito de teatros alternativos de Madrid en TEATRO NUDO, SALA DT y TEATRO TIS.

ELENCO en ESPAÑA:

Jose Casasús (Manuel)
Angel Bayon (Pablo)
Sandra Amade (Mia)
Martina Rey (Marisa)
Jennifer Reina (Luz)
Renato (Renato)

ELENCO en ARGENTINA

Darío Cortés (Manuel)

Francisco Ortiz (Pablo)

        


Checha Amorosi (Mia)
Viviana Suraniti (Marisa)
Alejandra Feudal (Luz)
Renato (Renato)

Dramaturgia y Dirección: DARÍO CORTÉS

Teatro El Piccolino
Fitz Roy 2056 – Palermo
Viernes 22hs








Fotografías: Eva Cerqueira y Ezequiel Demaestri



* Esta nota ha sido publicada en el sitio La Voz Joven :

http://www.lavozjoven.com.ar/?q=contenido/entrevista-al-director-dar%C3%ADo-cort%C3%A9s

jueves, 11 de agosto de 2011

Entrevista a Mario Marino


"Soy muy docente para dirigir"
    


Por Charly Zarate

Mario Marino está dirigiendo Me imagino que vendrás acompañado (Entre tipos – vol. 1), obra de contenido LGTB que lleva una larga temporada en el teatro La Tertulia, labor que combina con su pasión por los títeres. Manifonías es la pieza con la cual viene de gira mexicana y ya ha recorrido Europa y Hong Kong. También se lo puede disfrutar en su rol de titiritero en el programa Chikuchis del canal Pakapaka.

Dramaturgo, actor, director y titiritero, Mario Marino se formó inicialmente con Cora Roca en el taller de Agustín Alezzo, luego ingresó al Escuela Municipal de Arte Dramático y simultáneamente a los 19 años comenzó a trabajar como titiritero. Arrancando en el Teatro Municipal San Martín de Merlo con una versión de La Bella y la Bestia. También hizo la carrera de pedagogía y pronto comenzó escribiendo obras infantiles y de títeres, pero su aguda observación lo llevó a interesarse por temas más profundos. Potenció sus estudios de dramaturgia y dirección con Mauricio Kartum y Ricardo Bartis y en actuación con Raul Serrano.


CZ: ¿Qué te interesa registrar del mundo a través de la escritura?

MM: Soy bastante terrenal, como buen capricorniano. Me baso en lo que veo en mi entorno diario, en los conflictos bien cotidianos y los vínculos familiares como los que se reflejan en La madre impalpable, la obra que protagonizó Jorgelia Aruzzi y que co-escribimos.

CZ: ¿Cómo se dio ese proyecto?

MM: Con Jorgelina somos amigos desde hace años. Ella me convocó en el 2007 para escribir y dirigir juntos esta obra por la que se ganó el premio ACE y el Clarín como Actriz Revelación. Realmente Jorgelina es muy histriónica y con un talento enorme.


HABITACION SIN MARCO


Luego vino Habitación sin Marco, una obra que realmente fue un hallazgo en el teatro independiente por tener un argumento digno de cualquier película de David Lynch, con recursos de ruptura e impacto que lograban desestabilizar al espectador. Entradas y salidas a diferentes realidades, raptos oníricos y una puesta anticonvencional que se potenció con la elección de la sala en el teatro Templun.

CZ: ¿Cuándo la escribiste?

MM: En el 2002, pero recién la pude montar el año pasado. Me costó mucho pensar en hacer la puesta porque es difícil y muy enroscada la historia.

CZ: ¿Cómo elegiste a los actores?

MM: En principio a un ex alumno mío, Francisco Benvenuti, un actor increíble. Y a Lucas Lagre lo fui a ver por recomendación de un amigo en Si te hubieras quedado conmigo. Para mí es un actor que tiene algo muy impactante en escena, un manejo de la tensión en el drama maravilloso.

CZ: La obra tiene múltiples sentidos y miradas. ¿Cuál era la gran metáfora para vos?

MM: De lo que yo quería hablar allí era de cómo siempre ante una situación traumática - en este caso con su familia en el personaje de Marco -, uno tiende a querer olvidar lo que pasó. Y esto es llevado al extremo ya que Marco padece de amnesia, pero yo soy partidario de saber y de recordar. Por más doloroso que sea siempre es mejor saber la verdad y terminar de ver la verdad para mí es como despertar. Allí estaba la metáfora un tanto encriptada y había quienes no podían descifrarla. También se planteó un debate sobre si el personaje al final se suicidaba o se despertaba.




CZ: Eso es genial cuando pasa en el teatro como en el cine, historias que uno quiere revisitar porque siempre aportan nuevas significaciones…

MM: Seguro. Y había gente que me llamaba en la semana o me escribía tirándome cosas que se había quedado pensando. Eso me encanta, cuando no saliste como entraste al teatro. Fue una obra que me dio un gran placer transitarla, aunque reconozco que era de difícil acceso en su abordaje.

CZ: ¿De dónde surge tu interés por fusionar lenguajes en escena?

MM: No me gusta adscribir a un solo estilo. Soy titiritero, clown, he realizado tragedias y comedias, por eso no me interesa trabajar en una sola línea. Me fascina que me propongan cosas diferentes y romperme la cabeza para lograrlo. Es lo que me divierte también. Por suerte mis padres - él era médico y ella es enfermera -, siempre fueron muy cultos los dos, muy de llevarnos al cine y al teatro, nos inculcaron una visión del arte muy integral. A pesar de que no confiaron mucho en mí al principio, les agradezco la libertad con la que pude desarrollar mi arte.

CZ: ¿Cómo te definís dirigiendo?

MM: A mí me gusta crear sobre todo un clima de confianza con los actores, que propongan e ir descubriendo juntos qué es lo que queremos. Al ser docente también tengo muy clara la dinámica de grupo. Trabajé muchos años coordinando viajes de egresados de séptimo grado, lo cual me sirvió mucho para mi actual rol de director. Creo que soy muy docente para dirigir y eso me ayuda a lograr mi objetivo persuadiendo al grupo a que haga lo que yo quiero sin la actitud típica tirana del director.

CZ: ¿Trabajás con la improvisación?

MM: Improviso cuando hay tiempo; sino, prefiero rompernos un poco la cabeza con el texto para ver qué dificultades presenta y cómo resolverlas. Igual soy fan de un tipo que se llama Keith Johnstone que tiene un libro que se llama Impro, donde habla sobre el intercambio de status; el tipo plantea que en la sociedad todo el tiempo estamos cambiando de status y que es muy fácil de ver eso, en el mercado, con tu familia, con tus amigos o con tus parejas. Entonces tomar esto para el teatro y ver qué forma física tiene un status alto o bajo, las miradas, el clima o la energía, es muy interesante para incorporarlo desde mi direccionalidad con los actores.


ME IMAGINO QUE VENDRAS ACOMPAÑADO

Desde hace varios meses lleva adelante la dirección de Me imagino que vendrás acompañado, una comedia de temática gay con gran identificación para este colectivo pero que encuentra una vuelta interesante desde la dramaturgia para que tópicos como la amistad, los vínculos familiares, el desamor o el sexo diviertan y conmuevan más allá de la elección sexual del público. Una comedia dramática, eficaz y con actuaciones notables que Mario Marino supo delinear con talento y una aguda observación artística.

CZ: ¿Cómo te llega la propuesta del proyecto?

MM: Fue muy loco el acceso. Todo surgió por un encuentro casual a través del Facebook, nos fuimos conociendo por esas interconexiones que tiene la red social de compartir música o videos y van surgiendo vínculos. En nuestro caso, la anécdota tiene que ver con un video que alguien subió del rapero gay Cazwell ("Ice cream truck") y prendió la idea de hacer algo con esa esencia entre sexy ydivertida. Y naturalmente, dijeron: “Hagámosla y vos dirigila”. Hicimos esa versión argentina y esto dio lugar a una amistad más sólida. Entonces a Nicolás Bolívar se le ocurrió pasarme el libro de Julián Arenas y así arranco todo.

CZ: ¿Qué te atrajo de la historia?

MM: Me pareció súper divertido y muy actual la temática porque la ley de matrimonio igualitario acababa de salir, aunque Julián ya la había escrito un año antes. Y la mirada que plantea no es pro ni de militancia ortodoxa, sino que naturaliza el tema. La libertad está y ahora cada uno elige si quiere casarse o no. Aunque más allá de este punto, la obra es más general y se trata de una comedia muy divertida. Pero la comedia originalmente siempre fue una manera de hacer catarsis, exponerse y reírse un poco de uno mismo, y aquí radica uno de los puntos claves de esta historia.

CZ: ¿Te dio miedo un cambio tan radical del drama psicológico a una comedia gay?

MM: Al principio un poco sí, pero lo que más me intranquilizaba era que no fuera una obra de gueto, por gays y para gays, y que hubiera mucha bajada de línea de cómo se supone que es un gay hoy en Argentina. Tampoco me gustaba del todo la etiqueta marketinera de “comedia gay”; sé que vende pero, más allá de esto, es una gran comedia sobre cuatro amigos que da el caso que son gays porteños de un promedio de treinta años de clase media. Pero más allá de todo esto, descubrí un grupo humano increíble con gran profesionalismo y compromiso.

CZ: ¿Eso dio pie a querer continuarla?

MM: Seguro. Porque pensamos que esta historia no puede agotarse en esta obra. Ya está escrito el segundo volumen. En este caso, participamos también en la dramaturgia Francisco Ortiz y yo. Ya habíamos metido un poco la cuchara en el primero, porque ambos somos dramaturgos y nos salía naturalmente hacerlo.

CZ: ¿Ahora escribiendo de a tres?

MM: Fue un mecanismo muy interesante. Hicimos una especie de cadáver exquisito donde cada uno escribía una escena, se la pasaba al otro e iba interviniendo. Igual no está cerradísimo el texto. La idea es seguir con el mismo grupo de actores y cada volumen estaría centrado en la historia de cada uno de sus personajes.

CZ: ¿Piensan estrenar el segundo este año?

MM: Nos encantaría. Aún nos quedan cuatro funciones. Yo recién vengo de México donde estuve presentándome como titiritero con Manifonías y ahora me estoy yendo en una pequeña gira por el interior hasta mediados de octubre.


MANIFONIAS

CZ: ¿Viajaste mucho con los títeres?

MM: En el exterior hay mucho campo fértil artísticamente para los titiriteros. He recorrido mucho por España con los títeres. El año pasado hicimos Hong Kong y Brasil. Esto de México fue un acuerdo con el Teatro Cervantes y voy con dos obras, que me dieron y siguen dando mucho placer hacerlas, que son Manifonías y Huevito de ida y vuelta, una obra que tiene ya veinte años.

CZ: ¿Cómo fue llegar a un público como el de Hong Kong?

MM: Nos vieron en España en un festival internacional en el 2008. Hay una agrupación mundial que se llama UniMa (Unión de marionetistas) y el representante de Asia nos vio y se copó. Y como Manifonías es una obra que no tiene texto, es muy visual y con música, le pareció que podía andar allá.

CZ: ¿Qué tipo de música tiene?

MM: El autor de la música es Mariano Cossa, el hijo de Tito, así que por sus venas corre teatro. La música es muy bella, de un estilo barroco y bastante clásica, y está intervenida por las acciones con los títeres.




CZ: ¿Cuál es la historia de la obra?

MM: Es sobre un concertista de guitarra que viene a ver su concierto y es invadido por estos personajes extraños que son los títeres.

CZ: ¿Y no tiene texto?

MM: Hay varios desafíos porque no tiene texto y, a su vez, los títeres no tienen forma, no son ni animales ni niños. Son una pandilla de “manífonos” y ellos producen sonidos - viene un poco de la idea de “manos que suenan” -, y estos personajes tienen en la historia un objetivo muy concreto: quieren cosas que tiene el músico.

CZ: ¿Cómo ves el panorama del circuito independiente?

MM: Me parece abrumador. Yo en general voy a lo que me recomiendan, pero es un semillero increíble y un lugar de ensayo y error tremendo. El actor argentino es muy experimentado. Hay teatritos de dos por dos que tienen unas obras increíbles, que te trasforman la visión. A veces me peleo con eso porque decís que el trabajo y el esfuerzo no se condicen con lo económico, y allí es donde me pega un poco lo de la edad.

CZ: ¿Por qué?

MM: Y, porque pienso voy a cumplir 40 y no da estar haciendo esto, tan inestable en todo sentido. Pero al instante siguiente digo: “Sí, re da”. Porque es un campo de prueba y, si encontrás gente tan talentosa y con tanto compromiso, está genial. Y confirmo que lo que elegí es lo que quiero.


ME IMAGINO QUE VENDRAS ACOMPAÑADO




Ficha técnico artística

Autoría: Julián Arenas
Actuan: Julián Arenas, Nicolás Bolivar, Guillermo Forchino, Francisco Ortiz Amaya
Voz en Off: Sandra Antman
Fotografía: Sol Lopez
Diseño gráfico: Lucía Molina
Asistencia de dirección: Ariel Sandez
Prensa: Juan Bautista Britez
Coreografía: Nicolás Bolivar

Dirección: Mario Marino

TEATRO
LA TERTULIA
Gallo 826
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Reservas: 6327-0303
Entrada: $ 45,00 y $ 35,00 - Sábado - 23:00 hs

http://www.lavozjoven.com.ar/?q=contenido/desmembrando-el-teatro-1