Por Charly Zárate
Fotos: Fher Giani
“No quiero que me elijan, deseo que me prefieran”. La frase no es de Martín Marcou sino de André Gide, autor que escogió el director para el flyer de “Pitón bebé”, su nueva obra. En cierta manera esa aseveración sintetiza la personalidad de su teatro.
Además, acaba de re estrenar la comedia “Quiero pasar una tarde con Franco”, que tras un largo recorrido por el circuito del off, se planta imponente en la calle Corrientes a bordo de su tercera temporada.
La noche es un buen momento para las confesiones. El teatro es un hecho colectivo maravilloso. Encontrarse, escucharse y perderse en la historia del otro construye espejos en los cuales acariciamos otros sueños , otros anhelos, otras palabras que sustentan nuestro aquí y ahora.
CZ: ¿Cuál fue el disparador creativo de "Pitón bebé"?
MM: Venía de trabajar en "Malicia" con catorce actores, lo cual fue una empresa muy ardua, y tenía ganas de volver a las historias chicas, para contar algo muy simple y sencillo. La idea que me interesaba era indagar en cómo existir en el corazón de los otros, qué me pasaba a mí con las distancias y los apegos, y el tema de los rencuentros. Esta cosa de la necesidad de amor, de cómo ser querido e importante para ese otro siempre latente. Todo este bagaje de incertidumbre interiores me llevaron a escribir "Pitón bebé".
CZ: ¿Cómo fue traspasar toda esa interioridad a la exposición?
MM: Fue un proceso bastante particular porque la obra se escribió primero en el espacio a partir de escenas que les iba planteando a los actores. De esas improvisaciones realizaba un recorte y les iba agregando texto. Tras los resultados de los ensayos me senté a escribir la obra definitiva.
CZ: ¿Estaba determinado que era una obra para tres actores?
MM: Si. Porque lo primero que emergió del proyecto fueron los actores. Se dio a la inversa de lo que venía haciendo antes. Yo quería trabajar con una chica travesti y emergió Delfina Bianco con toda su impronta. Tenía ganas de volver a convocar a Ana Rossi, ella me había contado que estaba componiendo canciones, entonces me pareció interesante poner al servicio de la obra ese recurso. Además, había trabajado con Anita en obras muy explosivas como "Brillosa" y "Desmesura vaginal", entonces quise proponerle algo más realista y tierno. La verdad que compuso un personaje muy sutil y artesanal, aunque también arriesgado. Y en el caso de Eugenio Dávide ("Quiero pasar una noche con Franco") quería probarlo en un registro diferente pero sin que abandone el grotesco, un estilo que maneja muy bien. Me parecía que había mucho más para investigar por ese lado, y apareció esta "criatura" que es un vecino tímido y con carencias afectivas importantes.
Piton Bebé: deseos que se arrastran pero logran emerger
CZ: ¿Hubo buena conexión de grupo?
MM: Realmente todo fluyo de forma apacible y tierna, como la obra. Ellos conformaron un excelente equipo y hubo buen feeling. Empezaron a reconocerse en el otro y a configurar el espectáculo con mucha naturalidad. No hubo nada que trabe el proceso o lo confunda, ni que lo vuelva caótico. Además, enseguida nos pusimos los cuatro de acuerdo en que no había que pedirle más a la obra de lo que la obra daba.
CZ: Justamente, sin ser un texto pretensioso logra más que si lo fuera...
MM: Es que la obra es un cuentito muy chiquito donde importa más el mundo del detalle y de la atmósfera que contar una gran historia. Porque yo quería contar ese tipo de cosas. Me interesaba más mostrar a una chica cantando en portugués arriba de una mesa en cuclillas, a un chico que hace ruidos con la boca y tarde en decir las cosas o a una chica travesti que se arrastra en el piso como si fuese una víbora e interconectar con el modo natural que tienen ellos de encontrarse.
CZ: El espacio de lo cotidiano es central. Hay una pintura constante que resalta el ritual de unión del mate. ¿Cuánto de ese lugar te resignifica?
MM: En ese sentido la obra es un poco como yo; se acerca bastante a ese espacio de lo simple que habito. Esta reflejado en mí y me gusta que así sea.
CZ: Sobrevuela el aire de militancia, no solo convocando a una chica travesti, sino también levantando el guante para luchar por su inclusión laboral. ¿Cómo se instaló este tema en la pieza teatral?
MM: A la hora de introducir un personaje que esta relacionado con las minorías sexuales, lo primero que pienso es en el tratamiento que le quiero dar, y eso esta vinculado con el tipo de relación que genero, en este caso con las chicas travestis. Descreo totalmenteeso del “destino trágico del puto”. Me parce que esta un poco d´ mode, y que si bien hay muchos territorios que conquistar y hay chicas que sufren porque tienen realidades muy cruentas, me parece que algo esta modificándose, tanto en los derechos sociales como en las políticas de trabajo. Entonces, como hacedores de un hecho estético tenemos que acompañar ese proceso. El modo con el cual describimos a esas chicas, es una manera de reflejarlas. Instalándolas en un lugar cotidiano y armonioso, donde se las muestre con otras posibilidades.
Un trabajador incansable y creativo
CZ: ¿El teatro tiene que ser transformador y militante para vos, o sólo puede ser un hecho estético y de mero entretenimiento?
MM: Para mi es pedirle demasiado al teatro que sea transformador o instituirse uno como alguien que puede modificar ciertas realidades. En mi caso, tengo una manera de contar y decir, donde me involucro con ciertas temáticas que considero actuales, que tienen que ver con el tiempo en el que estamos viviendo, y es una forma de estar comprometido con la época que me toca transitar.
CZ: ¿Desde cuando tomaste este rol social?
MM: Yo milito desde la adolescencia. Antes no lo había hecho desde una agrupación política pero si he tenido un gran recorrido con respecto a lo que es la acción social, y algo de eso se filtra en mi obra inevitablemente. Esto de ser militante y activista LGTB tiene que ver con el otro y cómo ese otro te construye. Si bien hay muchas obras de género, no hay tantos referentes con respecto a esto, y que tengan un discurso medianamente comprometido.
CZ: Acabas de reestrenar “Quiero pasar una noche con franco”. ¿El hecho de que sea una comedia le da menos sustento militante?
MM: Creo que más allá de ser una comedia, es una obra muy política, porque salió a la luz justamente en el contexto de lo que fue la sanción de la ley por el matrimonio igualitario. Más allá que este apoyada en el humor paródico, hay un personaje que es militante y que asume un papel muy comprometido.
El amor revolucionario llegó a la calle Corrientes
CZ: Y vos también estas más comprometido en estos momentos…
MM: Estoy militando desde hace un año en una agrupación política que se llama Vatayón Militante, que es peronista/ kirchnerista, que esta apoya este modelo nacional y popular, este proceso de transformación que venimos atravesando desde el 2003. Además, tenemos un fuerte asidero en cuestiones culturales, coordinando distintos tipos de talleres en las cárceles, como los de teatro, tango, murales. Ahora arrancamos con un programa de alfabetización. También están las actividades de la coyuntura, pero siempre sumando desde la acción. Estoy muy contento con eso, me hace inmensamente feliz y me ha hecho crecer.
CZ: ¿Siempre fuiste peronista?
MM: Desde chico, por la influencia de mi mamá y mis abuelos. Me resuena la marcha peronista desde la época de mi crianza en mi pueblo de Luis Piedra Buena, en Santa Cruz. Recuerdo las fotos de Evita en la pared de la casa de mi abuela. Pero también las historias sobre la justicia social, la igualdad y la Patria socialista, que fueron construyendo mi imaginario, a través de las anécdotas sobre las cooperativas que habían en mi pueblo y cómo Evita hacía llegar alimentos no perecederos para que se abastezcan los sectores más pobres de nuestra tierra. Tuve la posibilidad de compartir con Néstor y Cristina espacios en común, escucharlos en actos, cuando ellos gobernaban en Santa Cruz. Siempre tuve admiración por la calidad de políticos que son, y hablo en tiempo presente para ambos ya quepara mí Néstor esta vivo en el pueblo y puso la patria en nuestras manos para que nosotros podamos seguir defendiendo y sosteniendo su proyecto.
CZ: ¿Cómo juega el papel del director y hacedor de teatro dentro de esta nueva estructura interior que te abarca?
MM: Por suerte el teatro me sirvió para hacer catarsis de todos mis dolores y carencias. Hoy estoy en una nueva etapa interesante que me corrió un poco y me puso en lugares nuevos. De hecho, desarmé un montón de estructuras y decidí tomarme unas vacaciones de algunas personas a las cuales les estoy muy agradecido por todo lo que me han acompañado, pero en estos últimos meses conocí otra gente que esta enriqueciendo mi realidad. Todo lo que vengo viviendo en la militancia es parte de este nuevo proceso interior, y lo transfiero a lo que es el teatro y viceversa. Trato de ir retroalimentando ambos espacios y que se tejan puntos de congruencia, pero no le estoy pidiendo todo al teatro.
"Uno siempre está solo/ pero a veces/está más sólo." (Idea Vilariño)
CZ: ¿Cuál es tu idea de familia?
MM: Soy bastante Susanita en ese sentido, busco un compañero, alguien que me acompañe en el trayecto de vida que me quede. He tenido experiencia de relaciones largas y fructíferas de las cuales he aprendido mucho, pero en este momento de mi vida decidí estar solo. Estoy en lo que denomino “tiempo de amantes”. Aunque me ocurrió en este último tiempo, una gran congoja y angustia muy movilizadora porque me dieron muchas ganas de tener un hijo, con un compañero si aparece o solo. Creo que sería un buen padre.
CZ: Te siento mucho más maduro, indagando búsquedas personales sólidas y afrontando desafíos con mayor compromiso…
MM: Totalmente y eso también tiene que ver con decisiones trascendentales que me han puesto en otro lugar. Y cuando eso sucede, todo lo que te rodea se acomoda de otro modo. Con la misma intensidad que pongo cuando construyo, no tengo problema en destruir todo lo que tenía si ya no me es útil para mi crecimiento; no tengo miedo a eso, ni me aferro o apego a nada ni a nadie. Esto también tiene que ver con mi personalidad de ser crudo y la identidad de mi Teatro Crudo.
CZ: ¿Nunca te violentan los miedos?
MM: Fui perdiendo muchos miedos y alejándome de pavores que me hacían cometer estupideces o medirme en algunas cuestiones en las cuales a veces uno quiere medirse. Sobretodo cuando uno intenta ir por la mejor versión de uno mismo y no la mediocre. Entonces me parece que el miedo no contribuye para que eso suceda. Creo que la madurez tiene que ver con esto que soy y aceptar todas mis partes, incluso cuando me equivoco pero no autoflagelarme por eso.
A soñar despierto
CZ: ¿Podrías rescatar algunas escenas de tus obras que para vos sean de antología?
MM: Elegiría a Yara Rivas haciendo de la Chicho en “Rancho Blanco” en la escena donde cuenta que su amigo Martín muere ahogado cuando se rompe la carpa y él cae al río, entonces ella relata todo ese proceso mientras ese adolescente se va ahogando. Este es uno de mis momentos predilectos de todas las cosas que hice. También rescataría a Checha Amorosí en “Lame Vulva”, en el comienzo de la obra cuando le pega un cachetazo al protagonista masculino y le agarra un ataque de histeria, me parece que es un momento muy vívido. A Puchi Labaronnie en “Malicia” con toda su impronta glam y con esa versión tan noventosa y anti-cultural. Y ahora me interesa mucho Ana Rossi cuando canta el segundo tema en “Pitón bebé”, que se bajan las luces y ella expresa cantando con esa bella coloratura de voz, que no le gustaría volver a encontrarse con ese que desde algún lugar sigue amando porque ya no son los mismos.
CZ: ¿Qué es el teatro?
MM: Es muy difícil para mí definirlo. Si yo pudiera definirlo fehacientemente lo dejaría de hacer, porque descubriría todos los secretos y los misterios. Prefiero encontrarme con esa incertidumbre día tras día y mantener una búsqueda constante. Es como una pareja donde uno se tiene que retroalimentar mutuamente. Y como el teatro también es un espacio para ser amado, entonces seguiría hasta el fin de mis días descubriendo qué significa para mí el teatro.
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DÓNDE, CUÁNDO, QUIÉNES…
PITÓN BEBÉ
Teatro La Tertulia
Gallo 626
Reservas: 6327-0303
Viernes 23 hs
Elenco: Delfina Bienco,Ana Rossi y Eugenio Dávide
Autor y Director: Martín Marcou
QUIERO PASAR UNA NOCHE CON FRANCO
Muliespacio Los Ángeles
Corrientes 1764
Reservas: 4372-2405
Sábados 23 hs
Elenco: Puchi Labaronnie Pedro Arggollia, Eugenio Dávide, Rosario Sabarrena, Gabriel Zucarrini y Marco Gianoli.
Dramaturgia y dirección: Martín Marcou
POSDATA
Aún le espera un 20012 muy intenso a Martín Marcou, ya que volverá a la actuación con un unipersonal escrito por él, llamado “Hijos del campo”, del cual aún no puede confirmar por quién será dirigido. Además, participará de dos series por internet, una de ellas sobre familia y diversidad sexual en la que también es autor.
A mitad de año empiezará a ensayar “Hombres en celo”, otra nueva obra con un elenco de actores que se pondrán bajo su direccionalidad por primera vez. Y luego estrenara “Te estaba esperando”, cuyo texto de la obra resultó uno de los cinco finalistas del Proyecto 34°S / teatro en traslación - Intercambio artístico: África - Latinoamérica. Había estado trabajando dos años con cuatro actrices de sus huestes para consolidar este proyecto, pero decidió renovar el elenco por otras.
# Agradecimiento especial a Fher Giani por la producción fotográfica cedidad para esta nota#
www.fernandogiani.com.ar