Por Charly Zárate
El dramaturgo, director y teatrista, Martín Marcou, nos invita entusiasmado a presenciar una de las últimas pasadas de su nueva obra, "Malicia" de inminente estreno el próximo mes, en el Teatro de la Comedia.
Quizás el adjetivo que mejor califique el estilo de dramaturgia de Martín Marcou sea el de "visceral". Su universo creativo no sabe de límites ni temáticas que no se anime a transitar: violencia doméstica, diversidad sexual, personajes bizarros, seres marginados u oprimidos del desamor. Este autor y director teatral santacruceño lleva, con apenas 32 años, una prolífica producción de obras estrenadas, las cuales no han dejado de participar en los más destacados festivales de teatro.
Así, puestas tan sugerentes como Brillosa, una variación sobre el imaginario de los seres inseguros; Desmesura vaginal, un encuentro coral entre mujeres de ovarios enfurecidos, estrujando sus trompas de Falopio frente al espectador; o Lame vulva, una indagación acerca de la violencia doméstica, sobre la que Marcou asegura que “en cuestiones teóricas, mis bienes gananciales nunca me son suficientes, pero lo poco o mucho que investigué están poetizados crudamente en esta propuesta. A través de esta pieza, me busco una vez más, me encuentro, me castigo y me salvo”.
En el 2006, creó algo así como su propio grupo de pertenencia, la compañía teatral bautizada Teatro Crudo, de cuya etapa surgió una de sus obras de culto y más celebradas, Tortita de Manteca(Ruidos turbios que se arrastran), en la que el abandono, las conflictividades de pareja y el amor están tratados desde la mirada lésbica. La sensibilidad femenina es, para Marcou, como una arcilla suave; la manipula con maestría, se divierte fragmentándola y logra prototipos muy identificables.
Inesperado, pero clásico, Teatro Crudo es un grupo a seguir: desde su creador, Martín Marcou, hasta sus intérpretes, pasando por cada uno de los rubros técnicos, se advierte una profesionalidad y, a su vez, una unidad y fidelidad fundamentales, que permiten soñar con un grupo de teatro argentino dispuesto a romper moldes y ser permeables al contexto nacional, pero sin perder las bases dramatúrgicas.
Charly Zarate:- ¿Cómo se revelo la génesis de lo teatral en tu vida?
Martín Marcou:- Fue absolutamente lúdico. Lo que potenció la idea de la representación de lo dramático, tuvo que ver con que me crié en un pueblo muy chiquito, llamado Comandante Luis Piedrabuena, donde hasta los doce años no conocimos la televisión. Entonces, tenía que apelar a la imaginación y utilizar los recursos que había, lo cual hizo que desarrolle en mí la necesidad de contar historias. Yo las escribía en mi cabeza, las armaba, dirigía y me hacía mi propia serie. Todo esto se fue plasmando en la escritura de diarios íntimos, los cuales ejercitaron mi dramaturgia y se trasformaron en un hábito que mantengo hasta ahora.
C.Z.:- ¿De qué manera catalogarías al público que ve tus obras?
M.M:- La diversidad de estímulos que ofrece el circuito teatral va forjando públicos muy disímiles. El mío sería aquel que busca lo experimental, lo diferente, un cambio en la verticalidad de sentido. Descreo absolutamente en la pasividad del público. Para ello, debemos fomentar no sólo la estimulación sensorial, sino la capacidad reflexiva en el otro. No me justa dejárselo servido en bandeja, sino que pensemos, conjuntamente, que el espectador no sólo complete la obra sino que la pueda resignificar.
C.Z.:- Largaste la segunda temporada de tu éxito Quiero pasar una tarde con Franco que el año pasado tuvo una gran repercusión en el teatro La Tertulia. ¿Es tu obra más gay?
M.M.:- Es cierto, pero desde una mirada despojada de la violencia y el ultraje sentimental que tenían mis anteriores obras. La historia es simple pero la complejizan los personajes: Valentino sufre un robo; Franco lo socorre; Valentino lo invita a merendar a modo de agradecimiento y, entonces, se enamoran. Pero la merienda puede caerte pesada cuando tu familia se vuelve impresentable. Siempre me interesó la vida doméstica de los otros, la alegría de vivir y las miserias celebradas, lo imprevisible y lo sufriente, lo que no se puede clasificar y lo desconcertante
C.Z.:- ¿Qué es Proyecto 34°S?
M.M.:- Es una organización independiente que produce festivales y eventos, con un enfoque sobre las artes escénicas contemporáneas, intercambio artístico activo y el contacto entre los diversos pueblos y culturas de África y Latinoamérica. Estas actividades tienen como objetivo fomentar relaciones creativas y el diálogo entre artistas y público, al igual que una apreciación artística, conciencia social y comprensión cultural.
C.Z.:- ¿Cuál es el objetivo de esta organización?
M.M.:- La visión a largo plazo de Proyecto 34ºS es establecer un festival bienal de teatro africano en Latinoamérica, siguiendo con la tradición del Festival de Teatro Sudafricano presentado en abril del 2009 en Buenos Aires, Argentina. Y establecer un festival equivalente de teatro latinoamericano en África. El proyecto tiene como objetivo fomentar el intercambio y la apreciación de la literatura dramática de ambos países; así como, reconocer y premiar la calidad, la originalidad y la diversidad cultural, valiéndose de la traducción para salvar la brecha del idioma, y promover activamente, asegurando el libre acceso electrónico a las obras seleccionadas por los lectores locales e internacionales.
C.Z.:- ¿Y con qué obra participaste?
M.M.:- Con una pieza aún sin estrenar, que se llama Te estaba esperando. El texto de la obra resultó uno de los cinco finalistas del Proyecto 34°S / teatro en traslación - Intercambio artístico: África - Latinoamérica. La obra será publicada en su versión traducida, en inglés, conjuntamente con las otras 4 obras argentinas finalistas, en un volumen que será distribuido en Sudáfrica. Proyecto 34°S fue nominado en la categoría 'Institución' por los Premios Teatro del Mundo, premios administrados por el Centro Cultural Ricardo Rojas y la Universidad de Buenos Aires. Esto significa un verdadero orgullo para mí y la posibilidad de abrirme en otras culturas para mostrar mi arte.
C.Z.:- ¿Qué historia narrás allí?
M.M.:- En la ciudad de San Jorge, provincia de Santa Fe, Argentina, existe la única fábrica del país donde se producen 400 mil bolitas de vidrio diarias, juguete preferido del protagonista de la historia. A kilómetros de esa ciudad, en una zona rural, vive El Nene junto a un padre ausente, una madrastra exigente y su media hermana con síndrome de Peter Pan. La obra comienza con una tragedia. Acaba de morir en un accidente La Nana, que hace años servía en la casa y hay que suplantarla.
Marcou es verborrágico y sarcástico en sus sentencias, de mirada profunda, guarda una humildad y una sencillez en su andar que revalidan su genio creador. Porque él ya no es una joven promesa del nuevo teatro independiente sino que se ha transformado en una marca registrada de un teatro que se expresa desde las tripas del propio ser.
* Entrevista publicada en www.lavozjoven.com.ar el 18 de julio del 2011
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