Por Charly Zárate
Hace algunos días pudimos asistir al primer concierto del joven pianista y compositor Kevin Joyce en la sala Enjoys Art de Palermo, lugar a donde volverá a presentarse el próximo sábado 19 y domingo 20 de mayo a las 18hs. Su estilo abarca desde lo clásico renacentista, hasta lo medieval y sínfonico, teñido por sus matices oscuros que configuran su identidad como artista.
Buenos Aires nos inunda con sus propuestas artísticas, y a veces uno queda empantanado entre tanta información. Por eso queremos rescatar a personajes como Kevin Joyce y echar luz sobre su notable y distintivo arte indagando desde sus raíces.
La última presentación del pianista en el auditorio de Enjoys Art (Av. Coronel Díaz 1561) el domingo pasado fue una misión reveladora. Joyce logró imantar la atención del público con su potencia escénica y su virtuosismo musical. Descubrimos un nuevo talento y aquí queremos presentarlo.
Sus largos dedos bailan una coreografía estrambótica sobre las teclas, en el aire flamean imágenes de diferentes tenores y el alma se va columpiando entre la vida y la muerte mientras nos entregamos a sus composiciones.
CZ: ¿Cómo te llegó la propuesta de estas presentaciones?
KJ: Por intermedio de Jessie Mendez, una pintora de Villa La Angostura que se encuentra estudiando Bellas Artes en la Universidad de La Plata, quien es compañera de Salome, otra pintora muy amiga, que le mostró el año pasado un demo con la música que había compuesto para la obra de teatro “Cassandra dijo”, que fue estrenada en Buenos Aires. Fue así que Jessie me convocó primero para una muestra experimental entre mi música y su pintura en vivo, en el Centro Cultural Dardo Rocha, y este año me volvió a llamar para repetir esa experiencia juntos. El lugar es Enjoys Art, un espacio coordinado por un grupo de cristianos protestantes que tratan de cautivar a la gente mezclando la espiritualidad del arte y la religión. Más allá que yo no comparta sus creencias me pareció un buen lugar para poder empezar a tener un contacto directo con el público de la Ciudad de Buenos Aires.
CZ: Además de tocar el piano, sos actor, escribís poesía y estas estudiando fotografía. ¿Cuándo se dio la génesis de todas estas inquietudes artísticas?
KJ: Responder esta pregunta se me hace muy difícil, ya que no podría decirte cuándo y dónde comenzó todo. Creo que el comienzo de mi formación artística se inicio junto con mi vida, tampoco se si se “nace artista”, pero de lo que si estoy convencido es que un artista posee una sensibilidad mayor que el resto de los mortales. Cada ínfima cosa que ve, toca u oye es transportada a su alma de manera singular y se va acopiando para luego traducirla con su sensible subjetividad. Uno no expresa lo que estudia, la formación académica es una herramienta pero la materia prima del arte está en otro lado. Pero si querés que sea más puntual, empecé a estudiar piano a los seis años. El teatro lo transité desde la escuela primaria, luego llegaron los talleres de adolescente y diferentes cursos; actualmente estoy estudiando con Pompeyo Audivert en su estudio El Cuervo.
"Uno no expresa lo que estudia" |
CZ: ¿Recordas cuál fue el magnetismo precoz con el piano?
KJ: En realidad sentí esa atracción fuerte por el piano a los cinco años, cuando lo escuche una vez que caminaba por la calle con mi madre y le pregunte qué era eso que sonaba. Después de un año empecé las clases en ese mismo lugar donde había pasado caminando. Me gustaba, pero no lo amaba, descubrí la pasión por el piano cuando dejé los libros, es decir, cuando me recibí de Profesor Superior de piano a los 17, que fue cuando me largué a componer solo en mi casa, ya que durante mi formación académica no me habían enseñado hacerlo sino que me habían formado como interprete de Beethoven, Chopin, Mozart. Cuando escuché por primera vez una melodía que había salido de lo mas profundo de mi ser me di cuenta que no iba a poder vivir sin mis dedos en las teclas, que ahora yo era el instrumento del piano, de mi arte.
"Me inspiro desde el dolor" |
CZ: ¿Cómo podrías definir la poética de tu composición musical?
KJ: Mi poética al componer esta muy ligada a mi formación, es decir, tengo mucha influencia de la música clásica, y también de la que suelo escuchar, que esta muy ligada a la música medieval, sinfónica y renacentista. Me gusta la intensidad y el dramatismo, que mis canciones abrumen el espacio donde son ejecutadas y las almas de los oyentes. Siento que mis canciones son muy poéticas, narran sentimientos y expresan diferentes situaciones y atmosferas, tienen matices dramáticos y teatrales que van fluctuando entre el éxtasis y la calma. Por ahora son todas instrumentales pero estoy laburando para mezclar y poder hacer una canción con letra, cantada por mi no. ya que no me gusta mi voz, pero con otra podría ser.
CZ: ¿De dónde parte tu inspiración?
KJ: El dolor, siempre es lo que me inspira para crear, el arte es mi refugio y mi compañero de vida, sé que nunca voy a estar solo porque él me va a acompañar toda la vida. Entonces, cuando estoy envuelto en una situación dolorosa, lo busco, me siento en el piano o frente a una hoja en blanco y me meto en una realidad paralela, la realidad que el común de la gente nunca entiende, tampoco el artista, por que no hay que entenderla, hay que sentirla. En ese mundo las melodías aparecen, se transportan a mi mente y a mis manos, y ahí nace la creación. A veces pienso que los artistas somos como una especie de médium, estamos siempre entre dos mundos, y mezclamos partes de ellos en nuestras producciones.
"En Buenos Aires no hay techo para crecer" |
CZ: Naciste, te criaste y formaste en Trenque Lauquen, ¿porqué elegiste la Ciudad de Buenos Aires para anidar?
KJ: Mi papa siempre me dijo: "Dios esta en todos lados, pero atiende en Buenos Aires", creo que es algo cierto, ya que en Trenque Lauquen “toque techo”, ya que me había presentado en todos los lugares disponibles, era muy conocido por la gente, pero no me era suficiente, necesitaba profesionalizar lo que hago, intensificar mi formación para poder crecer mas rápido. Tuve la oportunidad de venir acá a probar suerte, sabiendo que estaba más cerca de cumplir mi sueño como artista. Acá no hay techo, acá no tenes limites, por eso me vine, a buscar mi horizonte.
Kevin Joyce intercala entre sus melodías estremecedoras poesías, de su puño y letra. Su imaginario se encuentra atravezado por las poéticas de Alejandra Pizarnik, Olga Orozco, Charles Baudalaire, entre otros. A continuación, una perlita de regalo.
PULGAR
el silencio me aclamaba
me sentí trébol
me encontré césped
un niño esmerilado juega en el patio
lo observo detrás del roble
le canto a la distancia
imagino su inocencia
sus sentidos
un rostro que prevalece en los arboles
un mentón que no olvida sino sangra
un pulgar que refleja un pasado
un sabor que sucumbe puertas
y abre luz
amanecer amarillo
tendido recurre al candor.
PULGAR
el silencio me aclamaba
me sentí trébol
me encontré césped
un niño esmerilado juega en el patio
lo observo detrás del roble
le canto a la distancia
imagino su inocencia
sus sentidos
un rostro que prevalece en los arboles
un mentón que no olvida sino sangra
un pulgar que refleja un pasado
un sabor que sucumbe puertas
y abre luz
amanecer amarillo
tendido recurre al candor.