sábado, 14 de enero de 2012

Entrevista al elenco de "Desmesura"

El amor a través del espejo

Por Charly Zarate - Teatro
Reunimos al elenco de "Desmesura", para hablar del proceso creativo de la obra escrita, dirigida y protagonizada por Darío Cortés, que continúa presentándose en el teatro El Picolino y arranca algo poco común para una obra del independiente: temporada en Mar del Plata a partir de enero.

Sin ánimo de buscar excusas para publicar la nota, aparecieron datos significativos en estos días que traspasan, en cierta medida, el espíritu de "Desmesura". Los festejos por la Semana del Orgullo Gay, el estreno de “La piel que habito", la nueva película de Pedro Almodóvar o el primer año de Darío Cortés en Buenos Aires tras su llegada de España, son alguno de ellos.
Fue difícil para este actor, director y dramaturgo argentino llegar a instalarse como inmigrante en Madrid, pero tras cinco años de intensos logros con la versión española de "Desmesura”, decidió volver sin la frente marchita y comenzar a remarla nuevamente en el under porteño. Un espacio que conoce bien y ha transitado con “Pechito argentino” y “Cachondos”.
"A los que somos de zona sur todo nos cuesta el doble", suele repetir Cortés, resaltando siempre con orgullo su condición de quilmeño, formado con Norma Aleandro y Javier Daulte en actuación y dramaturgia. Esta frase encierra un valor de verdad, el sur del continente, el sur del país, el sur de la provincia, si se quiere, puede emparentarse con la lucha y la resistencia.
Cortés ha logrado con “Desmesura” reunir a un elenco maravilloso desde lo humano y lo profesional. Si hay algo (de lo mucho) que diferencia una obra montada en el circuito oficial o comercial del ámbito independiente, es lo artesanal que se vuelve el proyecto desde su génesis. Todo es a fuerza de empuje y motivación, y esto se emparenta con el primigenio ritual del teatro en las tribus ancestrales.

Checha Amorosi


-¿Qué fue lo que te atrapo del libro?
-La sencillez de la historia, y el poder apostar nuevamente a historias de diversidad sexual. Yo había hecho “Tortita de manteca”, de Martin Marcou y quería seguir profundizando en estos temas.
-¿Y en Darío que hallaste?
-Encontré alguien de barrio como yo. Simple y talentoso, con muchas ganas de generar proyectos y llevarlos adelante. Vi que estaba en el mismo palo que yo, y eso fue una manera de decir “dale loco , vamos para adelante juntos”.
-Vos estabas haciendo también “Malicia”, de Martin Marcou, y en cierta medida siendo una actriz recurrente en sus últimas obras. ¿Tuviste algún problema con él?
-No, para nada. Martín siempre me ha dicho que trabaje con otros directores porque eso supone un crecimiento para mí.
-El personaje de Mia, ¿a qué desafíos te expuso?
-Sobre todo trabajar el nivel de profundidad. Esta forma de iniciar con un monólogo, como abriéndose frente al público rompiendo la cuarta pared, y con la necesidad visceral de interpelar a esos otros y buscar su aprobación o complicidad.
-¿Cómo calificarías a Darío Cortés en su rol de director?
-Es muy directo y tiene en claro lo que quiere. A mí me paso que me incorporé casi última en elenco, me sentía como la “nuevita”, pero pronto me gané mi propio espacio. Fue aprender a trabajar bajo una dirección nueva, porque con Martín( Marcou) ya estamos muy acostumbrados a trabajar juntos y hay otros códigos que manejamos. En este caso era algo nuevo para mí, pero me súper entendí con él. No te voy a negar que al principio un poco me costaba, pero sabía lo que él quería.
-Si tuvieras que rescatar una marca direccional, ¿Cuál sería?
-Darío te da mucha confianza para que puedas proponer, además, también es actor y sabe cómo transmitir lo que quiere ver y oír transitar en escena, eso te logra relajar para poder trabajar con libertad.

Francesco Zanconi


-Vos reemplazaste al actor Francisco Ortiz luego de los primeros tres meses de la obra. ¿Qué le cambiaste a tu personaje de Pablo?
-Creo que todo (risas). Vengo de una escuela teatral en la cual aprendí que lo más importante en escena es ser creíble. Soy un obsesionado y muy autocritico con respecto a la credibilidad del actor. Después le puedo agregar más color o matices a la composición del personaje, pero no sobreactuarlo. Si estoy pintando, que sea esa la acción que vivencie.
-¿Cuál es la marca direccional de Darío que podrás rescatar?
-Tiene algo que para mí es genial, y es que él está abierto a recibir propuestas. No se cierra en su idea, y te deja jugar e investigar. Está muy receptivo a las propuestas de su elenco y eso es algo que no lo he visto en muchos directores. Y además tiene una gran sensibilidad. Realmente conectamos muy rápido. A mí me dejó que nadara como un pez dentro en ese mar de Pablo, mi personaje en la obra. Además, al ser también compañero de escena, juntos proponemos cosas y me da toda la libertad de propuesta.
-Si tuvieras que invitar a tus amigos de Bahía Blanca a ver “Desmesura”, ¿cómo definirías la obra?
-Es una obra sobre un conflicto de pareja gay, contado desde un lugar muy cotidiano que logra una resignificación para todos, más allá de su orientación sexual. Muestra de manera sencilla y profunda la historia de cinco seres que atraviesan determinadas etapas de sus vidas con tonos muy dramáticos, pero también divertidos.

Ale Feudal


-¿Desde cuándo lo conoces a Darío?
-Hace ya 8 años. Nos conocimos por un amigo actor que tenemos en común, cuando él buscaba a su protagonista para el infantil “La bella durmiente pop”. Allí también conocí a Julián Luque, que hacía de príncipe, y hoy es su asistente de dirección en “Desmesura”.
-¿Cómo te propuso esta obra?
-Cuando llego de España nos vimos y me dió el libro para que lo leyera, porque estaba armando su elenco en Buenos Aires. Le dije que no necesitaba leer nada y que lo único que quería era trabajar con él, porque las experiencias anteriores habían sido maravillosas y compartimos una misma forma y visión de laburo.
-¿Por dónde te atraviesa la historia que cuenta en “Desmesura”?
-Las relaciones de amor entre personas me atrapan profundamente. A mí me sucede que la obra me conoce, entonces me involucro desde la intensidad y los sentimientos encontrados de ese trío que conformamos con las chicas.
-Que por suerte no caen en los estereotipos lésbicos…
-Creo que nosotras estamos muy alejadas del estereotipo, a pesar de que hay algunas marcas de humor, como la mención de “tortita de manteca”. Pero es sólo un recurso para darle aire a tanta intensidad. Todas ponemos nuestros deseos en el otro, en la persona que amamos.
-¿De qué manera conceptualizarías la obra?
-Creo que es una obra que trasciende lo sexual, pasa por otro lado y se ubica en un plano de sensibilidad universal. Hay un momento en que cada uno de nuestros personajes interpela al público, y no importa si quien te responde es hombre o mujer. La obra trabaja con muchas sutilezas y subtextos, y esto la enriquece increíblemente.
-¿Cómo lo calificarías a Darío como director?
-Es súper exigente y sabe muy bien lo que quiere, tiene una gran idea de puesta en escena. Darío te deja nadar en su pecera, pero con los límites bien marcados.
-¿Por qué habría que verla?
-La obra funciona como un espejo en el que está bueno mirarse de vez en cuando. Es un espejo en el que ves tus propias miserias pero también tus fortalezas y siento que una vez que salís de la sala, si lograste identificarte con algo, seguro que habrás crecido un poquito.

Viviana Suraniti


-Cuando terminaste de leer el libro, ¿Cuál fue tu primera reflexión acerca de la obra?
-Que a pesar de tratar una temática gay en las historias de amor planteadas, atravesaba esta temática con una poética muy interesante que hablaba del amor de una forma sutil y sencilla que todos podemos comprender y sentirnos reconocidos. Entonces reconocí una condición humana en “Desmesura” más allá de una condición sexual.
-¿Y desde su estructura dramática?
-Creo que no le falta nada de lo que quiere contar. Darío me parece un muy buen escritor. Hay una utilización de los recursos muy atinados, un desarrollo de los personajes impecables y la relación entre el autor y sus vínculos reales y de ficción dentro de la misma obra están bien delineados. Hay muchos detalles riquísimos, como el alter ego que tiene que ver con el perro, el afuera representado por la vecina. Una historia con abundante intertexto como los de David Lynch o Sarah Kane que perturban el universo creativo de Manuel, el protagonista y de Darío, el creador.
-¿A qué apelaste para tu composición del personaje de Marisa?
-A la imaginación y la observación para lograr cierta expresividad en esta mujer. También al contacto genuino con mis compañeras, con quienes tengo más relación en la obra; a la confianza en el director, a dejarme llevar y utilizar todos los recursos que me dieron los veinte años de experiencia teatral. Y sobre todo a este reconocimiento en mí de lo que significa sufrir por amor.
-¿Cómo fue el proceso de ensayo?
-Desde el principio surgió una relación muy franca y humana. Fue un proceso súper tranquilo, las chicas confiaron en que yo estaba yendo y viniendo a Córdoba para la filmación de la serie “Eden”. Hay un gran trabajo en equipo, acá nadie labura sola, ni se manda sola como así nadie se manda su propio show. Tenemos mucha conciencia de que esto es una sinfonía y la tocamos entre todas.
-¿Qué marcas direccionales rescatarías de Darío Cortes?
-Darío tiene muy claro lo que quiere y, a la vez, toma mucho de lo que le das. Tiene la capacidad de unir el imaginario de todos en una misma dirección. La sensación que me da el dirigiendo es que él termina de escribir su obra en el espacio con los actores. El reescribe su obra en escena y tiene una cabeza muy abarcativa para poder lograrlo. No es un director autoritario, en absoluto, jamás se quedó con su sola idea de las cosas y tomo mucho de nosotros.
-¿Y desde lo personal?
-Sobre todo el lugar que te da como persona y como artista, Darío es un tipo que no se “vende” sólo, sino que se “vende” a él y a todo su equipo. Te da un lugar de valoración que el actor lo necesita y lo merece. Él se rodea de gente humilde, eso se nota porque viste que la gente se va oliendo.
Charly Zarate
"DESMESURA"

Ultimas funciones Viernes 19 y 25 de Noviembre 22hs
Teatro El Piccolino. Fitz Roy 2056 (Palermo) Reservas: 4779-0353

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Agradecimientos:
Gráfica: Javier Fuentes y Nicolás Fernandez
Checha Amorosi por todo el resto


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