viernes, 13 de enero de 2012

Entrevista a Javier van de Couter

"Esta película me salvó la vida”
ACTRIZ Y DIRECTOR. Camila Sosa Villada con Javier van de Couter, en el rodaje.
Por Charly Zarate - Jefe de redacción
Apasionado por las historias con personajes de vidas intensas, ha sido guionista de “Tumberos” y “El tiempo no para”, ahora se involucra en” Mia”, su opera prima como director, donde aborda el universo de una transexual atravesada por la mirada de una niña. Con un soberbio trío protagónico: Rodrigo de la Serna, la niña revelación del momento Maite Lanata y el hallazgo artístico de Camila Sosa Villada.


Javier Van de Couter llegó de su Carmen de Patagones natal a instalarse en Buenos Aires cuando tenía 18 años para estudiar en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático, pero el actor se fue vigorizando con el escritor y director en partes iguales. Se enfiló en casi todos los proyectos que lo tuvieron como responsable creativo a Sebastian Ortega, guionando para “Sol negro” ,“Tumberos” y “El tiempo no para”, entre otros.
Uno de sus maestros teatrales desde la práctica escénica fue Roberto Villanueva, quien lo convocó para “Las Variaciones Goldberg” y “La muerte de Danton”. Su elección de trabajos en los que pueda hacer causa común con la diversidad sexual, tuvo un punto de inflexión con la versión argentina de uno de los unipersonales con más tiempo en cartel en el circuito Off Broadway, “La noche que Larry Kramer me besó”, de David Drake, aquí dirigido por Martín Alomar.

El cine es un mundo que siempre lo fascinó, tuvo dos papeles importantes en películas de temática LGTTIB, junto a Juan Minujin en jugadas escenas sexo sadomasoquista en “Un año sin amor”, de Anahí Berneri, y con Lucas Lagré en una tierna historia de amor en “Piedras”, de Matías Marmorato. Sus primeras experiencias con cámara en mano fueron con los cortos “El chico” y “Ich”, y el mediometraje experimental “Perro amarillo”. Con su ópera prima “Mia” a punto de estrenarse, todo parece alinearse para este escorpiano que no para de emocionarse mientras recuerda en esta charla cada instante de creación colectiva transitado desde sus primeras recorridas en solitario por la aldea gay hasta ver proyectado su sueño en la pantalla.


CZ: ¿Cómo fue la génesis de escritura del guión de "Mía"?
JC: Surgió por la época en que había terminado los guiones de "El tiempo no para", tras una especie de crisis que tuve con un guion que estaba escribiendo para otra película, en la cual estaba muy enfrascado en la trama y todos sus vericuetos pero que sentí en un momento que le faltaba vida. Entonces recupere una idea que había dejado archivada cuando estaba escribiendo "Tumberos" , sobre la "villa gay" o "aldea rosa", que estaba asentada en esa época detrás de Ciudad Universitaria, habitado por chicas transexuales y gays.
CZ: ¿Ya ha desaparecido ese lugar?
JC: Sí. Hubo dos desalojos, uno muy fuerte en 1998, luego se rearmó la aldea ya con familias y más tarde en el 2004 se arrasó completamente.
CZ: ¿Te documentaste con gente que vivió allí?
JC: Tomé contacto con muchas chicas que militaban y habitaban en la aldea. Fue muy difícil ubicarlas también, ya que al no tener mails y teléfonos en aquella época se complicaba. Me fasciné con la historia de una de ellas llamada Alexis, luego me vinculé con gente que la conocía y seguí su historia muy de cerca hasta que me entere que había fallecido, lo cual tan fuerte para mí que, de hecho, dejé de escribir un tiempo.
CZ: ¿Y esta persona se transformó en personaje?
JC: Claro, el personaje se llama "Ale", en homenaje a ella. Un día encontré en internet una carta que un militante gay le había escrito a Alexis que, de algún modo, contaba el recorrido de esta travesti y me emociono mucho. También la había visto en noticieros reclamando tras el desalojo que las margino sobre vivir debajo de un puente, donde ella hacia guisos para todas. En todo ese material me di cuenta que había vida y algo que me interesaba contar de ese universo.
CZ: La historia comenzó a fluir…
JC: Cuando esta idea volvió a mi cabeza el guión fue fluyendo de una manera increíble. Lo presente en Cuba y ganó el premio a mejor guión inédito en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, tuvo el apoyo de la Televisión Española y aparecieron los productores necesarios para filmar la película.
CZ: Y en lo personal, ¿qué te movió escribirla?
JC: Hay una anécdota de una tarde que estaba haciendo una limpieza en mi casa, en unos de esos momentos de crisis que te toca transitar a veces y necesitás desapegarte de cosas materiales; entonces tiré libros y fotos de mi infancia. Luego me hice unos mates y me fui a la ventana, mientras observaba a una chica cartonera hurgar en la basura mis discos de Los Parchis y fotos mías. Me pareció muy fuerte esa imagen de como empezó a guardarse todas esas cosas y a mirar para todos lados cuidando de que nadie la viera, como si se estuviese robando algo porque para ella evidentemente eso tenía un valor. Para mí fue un shock ver que alguien desconocido se estaba llevando algo de mi pasado. Entonces la empecé a seguir algunas cuadras y hasta estuve a punto de pedirle que me devolviera todo.
CZ: Fue como que reaccionaste al pensar el recorrido que podía tener todo ese tesoro personal.
JC: Evidentemente eso ya no me pertenecía y otra persona lo había encontrado. Quizás en el momento en que me despojé de eso no fui consciente del rumbo que tomaría mi pasado. Y pensar ese recorrido me señaló la película, porque tiene ese punto de partida entre estas dos realidades que luego fue extremado en el guión que comencé a escribir esa misma tarde. También esta situación marcó un género para la película porque tiene algo emocional y melancólico que se apoya en la perdida y necesidad de despojo que yo transité aquel día.
CZ: ¿Cómo se traduce en la película eso?
JC: En el objetivo que se plantean las chicas de la aldea que quieren dejar de ser lo que no quieren ser. Todos se definen en la película como si fuesen "nada" porque quieren ser otra cosa, como si ya no fuesen. Y yo siento que eso a veces nos pasa a todos, que queremos ser algo como si no fuésemos nada.

En pleno rodaje junto a Camila Sosa Villada
CZ: ¿Cómo se fue conformando el elenco protagónico de la película?
JC: Para el personaje de Alexis, me llegó información de varias puntas sobre la existencia de una actriz transexual cordobesa que venía realizando un recorrido teatral en su provincia muy interesante. Justo se dio la oportunidad de viajar a Córdoba para hacer unos castings a un grupo de travestis que estaban haciendo un curso de capacitación, aproveche para ir verla a Camila Sosa Villada al teatro que estaba haciendo “Carnes tolendas”, me pareció increíble lo que generaba en escena con ese biodrama sobre textos de Federico García Lorca. Camila es un actriz y cantante de un talento y una metodología de trabajo que no lo veo en actrices contemporáneas. Por otra parte, la nena fue seleccionada entre un castings de 200 niñas y Maite Lanata fue la segunda que vi, esto fue hace dos años antes de que hiciera su personaje en la novela “El elegido”. Había realizado un par de cortos antes pero eta es su primera película, ella es una chica muy magnética, que se compromete mucho y tiene un nivel de concentración muy extraño para una chica de su edad, tenía 9 años mientras la filmábamos.
CZ: ¿De qué manera te vinculaste con ese universo infantil que reflejas en la película?
JC: Lo que paso con el personaje de la nena fue que cuando lo escribí, casi se me convierte en protagonista, aunque el vínculo con Alexis si es protagonista. Pero conecté mucho con el dolor que había sentido esa nena por la ausencia de su madre y la necesidad de compañía que tenía. Y desde el proceso de casting que conecté mucho con el universo infantil femenino de una manera muy intensa. A las finalistas no se las engañó y se les decía a sus padres que el personaje iba a tener un vínculo con una chica transexual.


En escena, Maite Lanata y Rodrigo de la Serna
CZ: ¿Cómo fue transitar de la actuación a la dirección?
JC: Mi corazón está en el teatro, que haya terminado dirigiendo cine fue cumplir un deseo de siempre, desde los 12 años cuando había escrito un guion para una película que luego filme de modo amateur. Yo tenía necesidad de dirigir y cuando actuaba no sentía satisfacción plena, pero cuando empecé a dirigir con “Perro amarillo”, que era un mediometraje, me sentí más relajado como actor y a disfrutar ambas cosas.
CZ: Y cuando eso se descomprimió, ¿con quién disfrutaste más de la actuación?
JC: Tuve grandes maestros como Roberto Villanueva quien me dirigió en “La muerte de Danton”, que fue la última obra suya. De él rescato su manera tan musical de dirigir, como operística por momentos, con un gran amor por el actor y unas puestas en escena que eran maravillosas como "Las variaciones Goldberg", donde tambien participe juntó a Alfredo Alcón y Fabian Vena. A veces no te explicaba como tenías que decir algo pero te marcaba un ritmo y eso era mucho más que una metáfora.
CZ: En la obra de teatro “La noche que Larry Krame me besó” , arrancas con el monologo de un niño. Se evidencia en vos una gran sensibilidad con lo referente a la infancia, ¿es cierto?
JC: Es que estoy convencido que es lugar germinal para la construcción del propio ser. Esa obra aborda desde la infancia la historia de un nene de pueblo que se va endureciendo a raíz de la discriminación que sufre por ser gay y se convierte en un leader sadomasoquista, pero que era un niño que bailaba con su mamá en su casa de Baltimore. Es un tierno que termina dándose latigazos.
CZ: Se autoflajela por la carencia de amor…
JC: Exacto. Y la obra comienza con el monólogo de un niño rezando en su cuarto, escuchando las canciones de los Villages People y abordé todo ese personaje desde la niñez. Incluso ese nene que era libre y amanerado en su niñez, para esconderse fue reprimiendo sus movimientos hasta que se convirtió casi en un robot, para actuar como un macho frente a la sociedad. Esa construcción física para mí fue muy interesante.
CZ: Repensando un poco acerca de tus últimos trabajos, tanto en esta obra como las películas “Un año sin amor” (de Anahi Berneri) ,“Piedras” (de Matías Marmorato) y ahora con “Mia” desde el guión y la dirección, se podría trazar una búsqueda artística y un compromiso personal con la diversidad sexual. ¿Te sentís un militante?
JV: Creo que con “Mía” por momentos me siento más cerca de una militancia trans que de la dirección de cine. Como no tengo esa presión de haber estudiado académicamente me libero bastante de los prejuicios.
CZ: Y justo se estrena en el medio del tratamiento parlamentario de la Ley de Identidad Sexual.
JV: Sí, pero la película no nació tampoco porque este año se iba a debatir la Ley de Género, la película nació mucho antes en mi universo. Todo lo que tenga que ver con la ley, en este momento potencia el proyecto
CZ: ¿En qué medida crees que la película puede aportar a esta causa?
JV: A veces el arte se acerca a la política y en otros momentos se aleja de ella, si bien la película no tiene una pretensión militante creo que es una herramienta para la reflexión. A mí me gustaría que no solamente vayan a verla gente de la comunidad LGTTiB, sino que vayan todos. La película fue calificada apta para todo público y eso me parece muy valioso, que se pueda ver un avance en el cine de un infantil y detrás el trailer de “Mía”, donde una niña le pregunta a una travesti porque habla como mujer. Me da la sensación que si eso es militancia fue inconsciente, por eso me di cuenta que en el transcurso fui despojándome del director de cine. Me parece que “Mia” alcanza una reflexión profunda; y si además sirve para lograr hacer más difusos las barreras discriminatorias y opresivas que marginan a las travestis y transexuales, creo que la película habrá logrado un aporte genial.
CZ: ¿Qué instancia disfrutaste más, la de escritura, la del rodaje o la post producción de la película?
JV: Va a sonar inverosímil pero yo disfruté absolutamente todo de este proyecto, que es alucinante y mágico. A mí llevarlo a cabo me salvó la vida. Se generó un clima alucinante durante el rodaje, jamás se gritó a nadie. El proceso de escritura también fue maravilloso. Que Rodrigo de la Serna haya aceptado participar fue increíble.
CZ: ¿Lo conocías?
JV: Muy poco, habíamos compartido unas escenas en “Sol negro”, de hecho el libro se lo mande a través de su representante y a los 15 días me llamó por teléfono y me dijo “quiero hacer la película”, cuando no sabía ni cuánto iba a cobrar. Y Rodrigo hace un papel muy difícil de un borracho y esta genial, tiene la dosis perfecta de ternura y agresividad que yo había imaginado para ese personaje.


Javier Van de Couter y Naty Menstrual
CZ: ¿Cuál fue el mayor desafío que tuviste que sortear como director?
JV: Cuando le tomé el casting a Naty Menstrual ella me dijo: "Y vos...quién sos?” . Todavía no había quedado elegida y me desafió diciendo: “porque si a mí me va a dirigir un pelotudo no me interesa, ¿quién sos que queres hablar de las travestis?, ¿sos travesti?”. Entonces en ese momento yo pensé que iba a ser difícil dirigir esta película. Esta actitud desafiante de Naty me hizo reflexionar y preguntarme ¿Quién soy?, en medio de toda una producción armada lista para el rodaje, esa pregunta de ella me hizo dudar de todo lo que tenía construido que eran años de trabajo, me desestabilizó y me produjo un vacío interior muy grande pero cuando me sobrepuse a eso todo fluyo de la mejor manera.
CZ: Si tuvieras que regalarme una escena que a vos te resulte significativa y con la cual puedas llegar al alma del lector de esta entrevista para que decida ir a ver “Mía”, ¿cuál elegirías?
JV: Creo que el momento en que Ale (la chica trans) y Julia (la nena) se encuentran por primera vez, que es una escena en que Julia se lastimó cocinando y Ale la cura la herida con una hoja de aloe vera que hay en la vereda. Le calma la quemadura con aloe vera. Ahí se empiezan hacer amigas y a mirar a los ojos. Yo siento que esa escena habla de que muchas veces hay que mirar con ojos de niño, que no tiene tantos prejuicios y solo le importa conectar con alguien, independientemente de la elección sexual y el género. Me parece que esta película le permite al espectador mirar a través de los ojos de una nena el alma sensible de una chica transexual, y revalorizar su condición humana.
CZ: ¿En qué momento emocional te encontras colocado?
JV: Siento por primera vez en mi vida que puedo registrar que estoy en un momento único e irrepetible, porque no va a volver a pasar de otra manera. Y también muy emocionado y vulnerable, porque estoy entregando algo que me expone, pero transito con plena alegría. Estoy siendo bastante amable conmigo mismo en este momento.
Charly Zarate

HOY ESTRENO DE "MIA"


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