sábado, 14 de enero de 2012

Entrevista a Rafael Spregelburd

"Me verán haciendo cosas que jamás en la vida soñé que tendría que hacer"



Por Charly Zárate

Una vez más, el destacado dramaturgo, director teatral y actor Rafael Spregelburd se embarca en un gran desafío con "Agua y Sal", película de Alejo Taube, donde interpreta a dos personajes que plantean el tópico "del otro", revisitado por la literatura fantástica argentina de Bioy Casares, Cortázar y Borges, pero muy poco buceado en nuestro cine.

La Noche de Reyes abrió un año por demás singular para la vida del hombre y el artista que es Rafael Spregelburd. Ha llegado Antón, y el estreno de su paternidad seguro cambiará su concepción de la vida de ahora en más.
A la vulnerabilidad que provoca en los recovecos del alma estas cuestiones, se suma la película "Agua y sal", su segundo estreno de este 2012 esperado para este jueves, donde el actor pisa nuevamente fuerte en el cine (la última producción que lo tuvo como protagonista fue "El hombre de al lado", de Gastón Duprat y Mariano Cohn), esta vez dirigido por Alejo Taube en una historia compleja y profunda sobre la vida, la muerte y la identidad.
El elenco se completa con Mia Maestro, Paloma Contreras y Daniel Cúparo. Alejo Taube es autor de la recordada producción independiente “Una de dos”, premiada en el Bafici de 2004, y en los festivales de Thessalonika y Nantes. Su segundo largometraje, “Agua y sal”, fue seleccionada para la Competencia Oficial Latinoamericana del 25 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.

CZ: ¿Cómo te llegó la propuesta de esta producción?

RS: Fue por su director de casting, Javier Braier. Se trataba de un protagónico muy codiciado pero también muy difícil de hallar: yo debo hacer dos personajes muy distintos en la película, y este es uno de los misterios más interesantes del guión. En uno, Biguá, soy un marinero retraído y muy poco comunicativo, un pescador a bordo de un buque en Mar del Plata. El otro, Javier, es un empresario exitoso pero muy insatisfecho con la vida que lleva. Está a punto de descubrir que su sueño de ser otro puede cumplirse del modo menos esperado. Imagino que para cualquier actor esta película era un regalo y un desafío. Ambos personajes deben tener un aspecto muy distinto y se comportan de manera opuesta. Para mí fue sumamente interesante ver toda la parafernalia de recursos que el cine pone a tu disposición para lograr este milagro de ser –en la misma película- dos personas distintas, sin necesidad de “mentir” en ninguno de los casos.

CZ: ¿De qué trata "Agua y sal", de Alejo Taube? ¿Por dónde transita la poética de este joven director?

RS: El argumento es simple, pero tan misterioso que se presta a lecturas muy divergentes. Para mí, desde la primera lectura del guión, estaba claro que era una película sobre la existencia del alma, y sus datos argumentales me resultaban en todo caso detalles menores. Dos hombres muy diferentes sufren dos accidentes distintos en alta mar. Los dioses, que se han retirado de la tierra hace tiempo, sólo han dejado el agua como vía de comunicación con los hombres. Uno de estos hombres volverá a la vida, pero debe cargar con el alma de ambos. Porque tiene que realizar una tarea muy precisa. Eso es lo que yo puedo contar desde mi perspectiva y mi propio apetito. Imagino que para el director la película tiene otro entramado y otro relato, uno mucho más cercano a la estructura del melodrama. Pero tarde o temprano creo que ambos acordamos que se trata sobre el misterio de la vida y lo delicada que es su continuidad.
Alejo siempre cuenta que el guion de esta película le surgió de un impulso muy concreto. Estaba muy triste, en Mar del Plata, viendo trabajar a los pescadores, y de pronto lo asaltó la certeza de que vivimos vidas muy absurdas pensando que son la única vida posible que podemos vivir. La fantasía de ser otro es un tópico muy recurrente en el cine, sobre todo en el contemporáneo.
Taube había filmado “Una de dos” en el año 2004, una película muy celebrada (ganadora del BAFICI de ese año) filmada con muy pocos recursos, cámara al hombro, en una localidad del partido de Luján, y bordeando los aspectos más “conurbanos” de la crisis del 2001. En ella se lucían Jorge Sesán , Jimena Anganuzzi y Pablo De Nito, entre otros. Para “Agua y sal”, concibió una película mucho más elaborada, llena de misterios que pedían a gritos no ser revelados, con un esquema de producción muy ambicioso, y todo tipo de obstáculos naturales. Filmar en alta mar, con escenas de riesgo, y con un actor que debe hacer dos roles (hubo que esperar tres meses a que me creciera una “barba de pescador”) fue una aventura incomparable.



CZ: ¿Qué te atrapó de la historia? ¿Cuál es tu personaje y a qué apelaste para su construcción?

RS: Me sedujo el misterio. Y la aventura. El teatro nunca ofrece esas “escenografías reales” (el mar, el barco, las ambulancias a toda velocidad, los hospitales) que hagan que puedas habitar el drama sin necesidad de inventarte tus circunstancias. En esta película hubo de todo. Tuvimos que entrenarnos un poco para hacer verosímiles las tareas del pescador: tejer redes, manosear unos pescados asquerosos (¡yo odio el pescado, como todos los pescadores que conocimos en el barco!), incluso tuve que tomar entrenamiento de buceo para filmar unas escenas submarinas. Jamás pensé que mi habilidad para nadar (yo nado desde hace mucho) me iba a hacer ganar un rol tan importante en una película… Descubrí que una cosa es nadar por placer, y la otra por trabajo. Caer veinticinco veces de un yate en el mar helado de noviembre en Mar del Plata es poco parecido al placer. Pero no deja de ser una aventura. En el barco (que se filmó en varias etapas diferentes) compartimos rodaje con algunos pescadores de verdad, que eran los que piloteaban la nave. Como ellos actuaban de sí mismos sin ninguna dificultad a los demás actores nos costaba un poco estar a su altura, no sobreactuar y “asimilarnos” a ellos, en nuestra manera de movernos (el barco tiene una estabilidad complicada), de hablar, de habitar ese paisaje tan extremo y tan poco conocido.
El otro personaje, el del empresario, está naturalmente más cerca de otras cosas que he hecho, y ya sabía más o menos dónde apoyarme para construirlo. Sus escenas son más asequibles. Pero a su vez son las emocionalmente más intensas. Esto en cine siempre supone un desafío. A tu alrededor hay dos docenas de personas sosteniendo cables, parando el viento, ajustando alambres, y de pronto todo se detiene, y de la nada, hay que dar un salto en le vacío y proponer la actuación como si uno fuera una máquina que se enciende y se apaga a voluntad. Requiere unos nervios de acero. Pero esto no es ninguna novedad.



CZ: ¿Cómo fue eso de filmar en un barco? ¿Cuánto estuvieron en rodaje y por dónde fueron las locaciones?

RS: Es una locación extrema. Fue muy complicado dar con el barco adecuado. Cuando encontraron el que podía ser (un buque “potero”, mucho más grande) el problema es que el barco iba a estar en plena faena de pesca durante el rodaje, lo cual complicaba mucho la producción: había que embarcarse con un equipo reducido (estos barcos no aceptan mujeres, por ejemplo), y probablemente no hubiésemos podido administrar los tiempos como se debe: el barco sale a pescar y hasta no llenar la bodega no vuelve a puerto. El año en que filmamos Mar del Plata tuvo un clima horrible. Así que elegimos un barco pesquero mucho más pequeño, se cambiaron muchas cosas del guion, se filmó la gran mayoría amarrados en el puerto, y cuando hubo que salir a alta mar dependíamos del clima y de otros factores. El grueso del rodaje se hizo en noviembre de 2008, pero después quedaron muchas escenas colgadas por unos fuertes vientos que impedían navegar con calma. Y yo me tenía que afeitar para seguir con el rodaje del otro personaje. Así que al terminar la película tuvimos que regresar en abril, alquilar otro barco, dejar crecer la barba y empezar todo de nuevo. Fue una locura. Pero la edición del cine es magia: todo pega.

CZ: El elenco es bastante heterogéneo. ¿Cómo fue la experiencia con tus compañeros?

RS: ¿Qué elenco no es heterogéneo? Éste fue una maravilla. Con Mía Maestro nos conocimos prácticamente el primer día de rodaje y con escenas de inusitado desenfreno. Ella vive en Los Ángeles y no podía llegar antes para ensayar, así que nos arrojamos a la suerte esperando que hubiera química. Nos llevamos muy bien. Ella es muy divertida. Nunca olvidaré que mientras me perseguía un lobo marino en alta mar, ella tomaba sol en la cubierta (era la única que no se enfermó de mareos) y me gritaba: “Si te quiere morder pegale un puñetazo en la nariz”, como si Mía no hubiera hecho otra cosa más que cazar lobos marinos en otra vida. Además, Mía es delicada como actriz, y rapidísima. Tiene un entrenamiento del cual pude aprender mucho. Paloma Contreras es genial: interpreta a la novia del pescador, una chica de 16 años con una situación extrema: ilusión, embarazo, depresión. Su composición es bellísima y muy verosímil: pasa de la luz a la oscuridad en un abrir y cerrar de ojos. Nos entendimos de maravillas. El otro gran compañero de aventuras en el barco fue Dani Cúparo. Él es un caso muy extraño, y un placer por donde lo mires: un actor finísimo, de pensamiento muy agudo y un intelectual disfrazado de bestia. Si desgraban nuestras conversaciones antes de ir a toma tendrán una película entera en paralelo: nos gustaba actuar el caso de dos intelectuales pretenciosos y vanidosos que estaban atrapados en un rodaje de aventuras, y que discutían horas enteras a Wittgenstein para después ir a toma y enrollar un cabo de soga. La verdad es que filmar con él fue desopilante. Y eso que la película es un dramón. Del resto del elenco a algunos ya los conocí en los ensayos (como a Mónica Lairana), pero hubo muchos actores de Mar del Plata y también muchos no actores, así que hubo que adaptarse rápidamente y tratar de pasar desapercibido entre los que ejecutaban su profesión con toda tranquilidad mientras uno debía actuar lo que no era sin que se note. Es lo más divertido del cine.


CZ: El 2011 fue un año intenso para vos, cine, tv y teatro. ¿De qué manera seguirá este nuevo año?

RS: Espero que con un poco más de calma. Acaba de nacer mi primer hijo, Antón, así que el año viene dedicado al pequeño. De todos modos, repondremos en teatro (“APÁTRIDA” en marzo y “TODO” en mayo); tengo tres películas por estrenarse este año (“LAS MUJERES LLEGAN TARDE”, de Marcela Balza; “CORNELIA FRENTE AL ESPEJO”, de Daniel Rosenfeld; “TODO LO QUE NECESITAS ES AMOR”, de Gabriel Nesci: tres películas de géneros completamente diferentes). También está programado para mitad de año un film que me interesa muy especialmente y que supone un enorme desafío: “EL CRÍTICO”, de Hernán Gerschuny. Y en octubre estrenaré una nueva obra en Roma, dirigiendo a un actor italiano, Lorenzo Gleijeses en mi último texto, que se llama “Spam”. Paso muy alegremente del cine al teatro. Ambos me ofrecen cosas muy diferentes que me apasionan.

CZ: ¿Por qué habría que ver "Agua y sal"?

RS: Porque es una película inesperada en el contexto del cine nacional. Su planteo es bastante misterioso, y abre muchos interrogantes. Es además un film muy diferente de la película anterior de su director, lo cual siempre permite visualizar por dónde se mueven las alternativas (personales pero también generales) del nuevo cine que todos esperamos ver. La fotografía de Diego Poleri (uno de los DF más codiciados del momento) merece particular atención. Y finalmente, si a alguien le interesa, porque me verán haciendo cosas que jamás en la vida soñé que tendría que hacer.




Estreno: jueves 12 de Enero de 2012
Cine Gaumont
Calificación: SAM 13 años
Duración: 90 minutos




# Agradecimiento por las fotografías a Rafael Spregelburd y Cris Zurustuza #


*Esta nota fue publicada el 11 de enero en el sitio La Voz Joven :
http://www.lavozjoven.com.ar/?q=contenido/rafael-spregelburd-nos-cuenta-el-rodaje-de-agua-y-sal

2 comentarios:

  1. Parece una buena película, me entusiasmó mucho la entrevista. Espero con ansias para verla.

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  2. Gracias por comentarla Ariel. Te cuento que Rafael es un gran creador de buen teatro, en los últimos años viene haciendo muy buenos personajes en el cine, como en esta película que ya se ha estrenado y podes verla hoy en el Cine Gaumont. Abrazo!

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